Un aperitivo de los Pirineos

La de este martes fue una etapa aburrida, pero era lo esperado. El aire era lo único que podía cambiar el rumbo. No hubo escapada ni tampoco se vio la tensión que sí tuvieron otros días. Lanzado por Van der Poel en el esprint final, la victoria de Philipsen fue lo mejor, por llevar tres segundos puestos y porque pensábamos que iba a ser el dominador y de momento le había costado abrir la lata. Los españoles poco tenían que rascar en esta jornada, porque falta un corredor que pueda luchar por la victoria en este tipo de finales. La único opción era el colombiano del Movistar Gaviria, que estuvo otra vez ahí pero que se quedó lejos al final. Este miércoles sí es una buena oportunidad para buscar la escapada. Hay corredores para ello como Izaguirre, Romo, Aranburu o Lazkano, que corren bien en este tipo de montaña y pueden llegar a meta.

Todo apunta a que será una jornada más entretenida de cara a la lucha por el triunfo, pero de cara a la general, aunque puede haber algún movimiento, no tiene por qué por qué ser importante ni marcar diferencias. Sí es verdad que hay cuatro puertos encadenados en los últimos 50 kilómetros, pero no se van a producir muchas diferencias entre los favoritos a la general de la carrera. Aunque sea por el Macizo Central, no tiene por qué pasar nada. Pogacar seguirá liderando. Vingegaard, a la espera. Ellos van a estar esperando hasta el fin de semana, cuando asoman los Pirineos.

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