OPINIÓN

“The Negreira Case”

La vida social del Barcelona permite poder disfrutar de Asambleas de diez horas donde pueden ocurrir cosas prodigiosas.

ALBERT GEA
Nació en Barcelona en 1968. Estudió Ciencias de la Información y Filosofía. En 1988 entró a trabajar en la revista Barcelona Olímpica, en 1990 en el diario Las Noticias. Tras cerrar ambos medios se incorporó al Diario de Barcelona en 1990, que no cerró hasta 1994. En 1994 entró en SPORT. Se incorporó al Diario AS en 2010, donde es Subdirector.
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La vida social del Barcelona sólo se entiende si eres capaz de comerte diez horas de Asamblea. Más allá de la pesadez de la presentación tediosa de balances y números y de unas votaciones que ya se saben como acabarán (siempre a favor de inventario) se ven situaciones prodigiosas. En el club de los prodigios todo es posible. Ayer, no fue una excepción.

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Escuchar a Laporta defender a Qatar después de abrazarse con Gaspart es una escena que parecía imposible. Pero pasó. Como también es absolutamente real que el expresidente Gaspart, después de decir que “si un día quieren hablas de ética, hablaremos” se ofreció como mediador para unir a todos los presidentes. Intervinieron vía telemática socios desde todas las partes del mundo a los que se les respondió en inglés y pudimos escuchar de boca del presidente expresiones como “the Negreira case, as well” o “sociological madridism”. Expresiones al nivel del lapsus del vicepresidente de marketing y también director del Festival de Música de Cap Roig que en vez de decir “Spotify Camp Nou”, dijo “Spotify Cap Roig”. Nos enteramos que “los youtubers aman al Barça” y que, en resumen, todo es prodigioso en esta casa.

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