Tevenet ya me avisó: “Kikorro, atento a Barrios...”
Las campanas que el miércoles se lanzaron al vuelo por el espectacular partido de Pablo Barrios, ojalá no caigan en la cabeza de Vermeeren, el joven belga que, ante sorpresa de todos y conociendo al Cholo, entró en el equipo titular rojiblanco sin hacer ni tan siquiera dos semanas de la mili cholista. Y es que pocas veces jugándose puntos oficiales, el técnico argentino daba la rojiblanca a un recién llegado. Un recién llegado de 18 años. Es decir, un futbolista que, pasase lo que pasase ante el Rayo, su partido no sería una de sus futuros cien mejores con el Atlético. Arthur, que estuvo nervioso e impreciso, no pudo aportarle al equipo un trabajo fiable defensivo y claridad en la creación, lo que supuso su sustitución al descanso. 18 años. Recién llegado. Idiomas. Compañeros. Muchísimas cosas nuevas para un chaval al que hay que darle su tiempo de cocción.
También sin exagerar pero destacando una realidad, pudimos disfrutar de la masterclass del canterano Barrios ante los de Francisco. Suyas fueron las acciones de mayor calidad en zona de creación, salvando rivales con una conducción y potencia que son las que marcan la diferencias entre un buen futbolista y un gran pelotero. Ya me lo avisó mi admirado Tevenet: “Kikorro, fíjate en su despliegue físico”. Y se van cumpliendo esos pasos que auguraban los que trabajan en la cantera. Aparte de sus condiciones técnicas y físicas, su personalidad invita siempre al compañero para ser una opción, esté el partido lleno de confetis o en llamas. Las etapas que está quemando Barrios en su equipo es un notición de cara al futuro y que, por favor, con mesura, destaquemos, pero sin lanzar las campanas al vuelo. Y menos que le caigan a un chaval de 18 años, Vermeeren. En lo colectivo e individual hay que seguir con el mensaje del míster como un mantra: partido a partido.