Opinión

Tan cerca, tan lejos

Sufrió el Espanyol su primera derrota en esta Liga, el día en que podía alcanzar el liderato, no por culpa de su mayor defecto sino por una gran virtud desde que llegó Manolo.

JAVIER GANDUL
Llegó al Diario AS como estudiante en prácticas en 2002, y desde que se licenció en Periodismo por Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull, se ha especializado en la información del Espanyol, sobre el que también ha co-escrito libros, todo ello atendiendo al seguimiento de otros equipos, deportes y eventos desde la delegación de Barcelona.
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Seguramente no exista equipo más paradójico que el Espanyol, que se plantaba en el Bernabéu con la opción real de asaltar el liderato tan solo cuatro jornadas después de haber estado virtualmente en Segunda. O que a los 45 segundos ya exigía a Courtois, con un tiro de Expósito desde fuera del área, una suerte en la que inspiró no a los pericos sino al Madrid. De ahí vino la madre de todas las paradojas: los blancos lograron su victoria a partir no del mayor defecto del Espanyol, sino de su gran virtud, acaso desde que Manolo asumió el banquillo.

En su solidez defensiva, sobre todo en el área propia, en bloque bajo, pura solidaridad y estajanovismo, se cimentaron el ascenso, la permanencia y los diez puntos de 12 posibles en esta Liga, con solo tres goles recibidos. Y se repetía a la perfección el plan este sábado, con un dique de contención que reprimía los desbordamientos habituales del Madrid, mientras entre Roberto, Dolan e incluso Calero asestaban sus zarpazos.

El 2-0 de Mbappé.JAVIER GANDUL

Pero ese paso atrás propició los goles de Militao y Mbappé desde lejos. El primero, perdonable para una defensa que no podía imaginarse tal latigazo por toda la escuadra, e imparable para Dmitrovic. El segundo, cuando en el inicio del segundo tiempo el plan permanecía casi intacto, dejó sin embargo muchos más damnificados: una defensa demasiado hundida ante las intenciones del ‘pichichi’ francés, un Urko contemplativo en su actuación más apagada como perico y un portero que hizo claramente la estatua.

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No renunció el Espanyol a la heroica con llegadas esporádicas, sin demasiada convicción en cualquier caso, aunque suficiente tuvo con acabar evitando un castigo mayor a un Madrid que tampoco fue extremadamente superior, ni necesitó serlo. Tras remontarle al Atlético, empatar en Anoeta y superar a Osasuna y Mallorca, llegó la primera derrota del Espanyol en un escenario hasta cierto punto previsible, lo que ayuda a cicatrizar la herida. Y más cuando el siguiente partido llega 72 horas después. No hizo historia el equipo de Manolo, quien diría que para eso ya estaba Cristóbal Colón.

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