¿Superada la primera minicrisis?

El Real Madrid venía de completar una primera mitad de curso prácticamente impoluta, cuando de repente enlazó dos derrotas: una en la casa del Murcia, en la Liga ACB, y otra bastante más fea en su visita de Euroliga al Mónaco, donde sucumbió por 24 puntos con una imagen muy desdibujada. Es verdad que a ambos escenarios llegó con bajas relevantes, y que dos de esos baluartes siguen en la enfermería, Tavares y Llull; aunque no es menos cierto que el parte médico castiga a todos en temporadas tan largas, como puede corroborar su último rival europeo, el Olympiacos, que acudió al Palacio sin Fall, Milutinov y Williams-Goss. Las lesiones no perdonan a nadie. Los dos tropiezos, pero sobre todo el batacazo del Principado, fueron un toque de atención para el Madrid, que dominaba todos los frentes con puño de hierro. Así lo reconoció a posteriori Chus Mateo: “Nos ha venido bien perder para saber que hay que continuar trabajando”.

Esos dos resbalones fueron sucedidos por dos victorias ante el Bilbao y el Olympiacos, lo que puede interpretarse como el cierre de la primera minicrisis de la campaña, aunque la última parte del choque ante el equipo griego dejó interrogantes. Como tituló Ricardo González su crónica: ‘El Madrid pide la hora tras arrollar de inicio’. Gran Canaria vuelve hoy a medir su temperatura. Veremos. En realidad, ni los dos triunfos ni las dos derrotas son tan transcendentales para el desenlace de la temporada. El equipo blanco sigue líder en la ACB y en Europa, con un récord de 39 partidos ganados y 5 perdidos. Lo importante son las sensaciones. El trabajo. En el baloncesto, cuando realmente hay que pisar el acelerador es cuando se resuelven los títulos, en especial en los premios gordos de primavera, la Liga y la Euroliga, sin olvidar la Copa, en tres semanas. Otros años, bien lo sabe el Madrid, la tendencia fue la contraria. Y acabó coronado.

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