Stuani tiene alma de campeón

Un recurso histórico

Aseguran que caerá, que es simple cuestión de tiempo que le pierda la cara a Madrid, Barcelona y Atlético, aunque a este paso nada se puede descartar con el Girona. La remontada ante el Valencia supuso un paso más en la lección continua que está dando el equipo de Míchel esta temporada. A su extraordinario nivel de juego se añaden un carácter irreductible y una convicción ciega en sus posibilidades que le hacen no tambalearse ni cuando le vienen mal dadas. Su victoria remitió a las variantes que ordenó Míchel con las entradas de Couto y Stuani, pero también a un gen competitivo que planea sobre todo lo que hace. En esa faceta no hay jugador más destacado que el propio Stuani, figura histórica en el Girona que se ha convertido en un recurso infinito para cambiar o poner la puntilla de los partidos. Bigoleador ante el Valencia, demostró su alma de campeón, su inteligencia para aprovechar el trabajo previo de Dovbyk y su innata capacidad de embocar todo balón que pasa a su alrededor. No obstante, es el jugador de LaLiga que más goles esperados —indicador que asigna una probabilidad de que una ocasión sea gol en función de la jugada— registra de la competición por partido con un valor de 0,93. El énfasis de Míchel en dignificar la categoría de su equipo coincide con las ganas de Stuani de apuntar a lo más alto posible. A sus 37 años, conoce todos los caminos al gol, máxima que queda recogida en su estadística completa con el Girona: 121 tantos en 228 partidos. Cuando se vaya del Girona, se abrirá un abismo para sus sucesores. Mientras tanto, sueña con mantenerse en la ola de un equipo que aspira legítimamente a todo.

Disparado

Otro veterano, curtido también en mil batallas, asoma con fuerza en los últimos partidos del Villarreal. Se trata de Morales (35 años), al que la llegada de Marcelino le ha reconciliado con lo mejor de su fútbol. Está más efectivo que nunca, con siete goles en cuatro partidos entre Liga, Copa y Europa League. Pero lo más beneficioso para el Villarreal, más allá de unas cifras que se entienden como coyunturales, es su conexión con Gerard Moreno y las otras piezas ofensivas. Morales completa los movimientos de todos, abre espacios a las apariciones de Baena y ataca la zona de remate con la fiereza que se requiere. Es el jugador que más disparos hace en el Villarreal, con casi tres por encuentro, y uno de cada cuatro de los mismos termina en gol. Su definición ante el Sevilla fue posible por estar en el lugar que debía. Siguió la jugada y estuvo listo para adelantarse a Dmitrovic. Marcelino ha reforzado su confianza para que se vuelva a ver al mejor Morales.

Juego de pies

De no ser por el Girona, seguro que Las Palmas luciría la etiqueta de equipo revelación. No solo por los resultados, sino por cómo llega a los mismos. García Pimienta es un entrenador con un método singular, que pone al balón en el centro de su discurso y que se maneja con códigos ofensivos. Todo empieza por el portero. Álvaro Valles (26 años), con un rendimiento irregular en ocasiones bajo palos, es el guardameta de las cinco grandes ligas que más toques de balón da. Suma ya 876 (104 contra el Getafe el pasado viernes), solo seguido de cerca por Trafford (Burnley) y Riemann (Bochum). Valles arriesga y opta casi siempre por el pase en corto, a costa incluso de poder verse comprometido como le ocurrió en la clara ocasión que dispuso Mayoral en el último encuentro. Es un portero hecho para Pimienta.

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