Solución NBA para Mbappé y Lamine
Vamos a un modelo tipo NBA o FIBA con ventanas para meritorios y fases finales para estrellas...
No habrán encontrado comunicado de la AFE ni habrán visto a David Aganzo pasearse por las radios para criticar el amistoso que el Atlético de Madrid jugó en Libia ante el Inter aprovechando el parón de selecciones, partido intrascendente a todas luces aunque lucrativo en lo económico, y que tuvo un carísimo peaje que pagar: la lesión del ligamento cruzado de Ilias Kostis, el central más prometedor del filial colchonero. El ruido de trompetas del sindicato por el Villarreal-Barcelona de Miami es inversamente proporcional al silencio de disparates como viajar a 3.000 kilómetros para un partido fantasma que solo interesa al contable del Atlético.
Cayó Kostis y perdió la AFE la oportunidad de demostrar que no solo le importan los titulares mediáticos, los charcos con más barro. Debe excluirse, en cualquier caso, su lesión del dichoso Virus FIFA, ese quiste del calendario al que se le atisba una difícil solución. Ni siquiera juntando dos ventanas en una como hará la FIFA desde el próximo curso. Es cada vez mayor el desafío de los clubes hacia las selecciones a la hora de prestar jugadores. En unos días saltamos de la polémica por Lamine a la alarma por Mbappé. Si se dan cuenta, empieza a haber una clara estrategia clubes-jugadores cuando viene una ventana internacional.
No es casualidad que a esta no hayan ido Bellingham ni Valverde, y que se hayan vuelto antes de tiempo Huijsen, Mbappé y Mastantuono. Lo mismo en el Barça con Olmo, Ferran y el propio Lamine, o en el PSG con Barcola y los tocados Fabián, Doué o Dembélé. Estén mejor o peor, los futbolistas ya eligen cuándo y dónde jugar con su país. Lo insinuó sin tapujos Mbappé antes del partido con final abrupto ante Azerbaiyán: hay un récord a la vista, juego. Con las selecciones vamos hacia un modelo tipo NBA o FIBA, en el que las ventanas son para los meritorios y las fases finales para las estrellas. Lo demás es teatro. Como el de la AFE con el pobre Kostis.
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