Sin Vinicius, todo el foco sobre Mbappé
La lesión muscular de Vinicius y el anuncio de sus tres semanas de baja coloca al Real Madrid en una situación de alerta máxima. Acudirá mañana a Anfield en un evidente estado de precariedad de efectivos, con ausencias en la defensa -Carvajal, Militao y quizás Lucas Vázquez-, medio campo -Tchouameni- y delantera -la ausencia de Vinicius se añade a la de Rodrygo-. Es un panorama temible para un momento crucial de la temporada. Dos derrotas consecutivas en la Liga de Campeones colocan al Madrid en una posición muy vulnerable, agravada por la impresión de seguridad que transmite esta temporada el Liverpool.
La importancia de los jugadores se mide cuando juegan, pero se sospecha cuando no lo hacen. En este caso, no hay baja más trascendente que la de Vinicius. La ausencia de Courtois, decisivo en los grandes éxitos del Madrid en las últimas temporadas, provocó pánico, pero el rendimiento de Lunin en la pasada edición de la Copa de Europa superó todas las expectativas. Algunas de sus actuaciones, en Leipzig y en el Etihad frente al Manchester City, fueron heroicas. En cuanto a Vinicius, su vacío es abismal.
Sólo hay un jugador capaz de resolver la ecuación Vinicius. Se trata de Mbappé, ensombrecido por el brasileño en los partidos y fuera del campo, como se ha comprobado en la polémica del Balón de Oro. Hay algo en Vinicius que le coloca inevitablemente en el centro del universo del Real Madrid: la cuestión racial, su impulsivo carácter, la respuesta del club al affaire Balón de Oro y, por supuesto, su fantástico rendimiento en las últimas temporadas.
Vinicius es el jugador bandera del equipo. La incorporación de estrellas como Mbappé y Bellingham no ha alterado esta evidencia. Al contrario, es una realidad acentuada, aunque imprevista. Difícil sospechar hace tres temporadas que Vinicius marcaría época en el Real Madrid. El debate giraba alrededor de su titularidad. En la última temporada de Zidane (2020-21) era un jugador prescindible, destinado a ocupar la posición de carrilero derecho si llegaba al caso. Llegó en Stamford Bridge, contra el Chelsea, partido que significó el punto más bajo en la carrera del jugador brasileño.
Imposible discutir la suprema importancia de Vinicius, aunque un antecedente y un jugador proponen un alivio al madridismo. El pasado año permaneció varias semanas de baja poco después de comenzar la temporada. Como ocurre ahora, el Madrid atravesaba por un desagradable ciclo de lesiones. Courtois y Militao habían sufrido lesiones de ligamento cruzado, Benzema había elegido el fútbol saudí como destino y Mbappé seguía en el PSG, a pesar de los esfuerzos del Real Madrid por contratarle. La respuesta del equipo fue impecable. En la adversidad, se vio una de las mejores versiones del Madrid en muchos años.
Esta temporada le toca repetir esfuerzo. En cierto modo, las contundentes victorias sobre Osasuna y Leganés han devuelto a la memoria aquel Madrid implicado hasta la cintura en cada partido. Han sido siete goles a favor y ninguno en contra. Valverde ha confirmado su condición de jugador para cualquier posición y el joven Asencio ha manifestado una atención extrema en los dos partidos, claro que Anfield y el Liverpool son otra cosa. Son un campo y un rival que examina a los rivales como pocos en Europa.
La otra perspectiva favorable corresponde a Mbappé. El foco se trasladará más que nunca al francés. Marca goles, pero está pesaroso. No termina de encontrar su golpe de pedal. Sin Vinicius ocupará su lugar predilecto, la zona izquierda del ataque, sin ninguna competencia. Es un momento crítico para el Madrid, pero ideal para Mbappé. En Anfield jugará un partido que le coloca en el centro del radar de la opinión pública.
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