Ser un Sevilla quijotesco se paga muy rápido

Veinte minutos duró el Sevilla contra el Barcelona. Veinte muy buenos minutos, en los que minimizó al ataque blaugrana y asustó con contras vertiginosas. Veinte minutos en los que dio tiempo de que un tremendo pisotón de Balde al tobillo de Isaac fuera tratado como si aquí no hubiera pasado nada pero con todo el mundo sabiendo que al revés hay llamada, revisión y roja directa. Veinte minutos hasta que De Burgos, con un penaltito, abrió la lata que el Barça no era capaz.

La actual directiva del Sevilla hace muy poquitas cosas bien. Prácticamente ninguna que haga sentir un mínimo orgullo a su afición. Pero no compartir palco con el Barcelona tras haber sido el único club en señalarse por el caso Negreira es loable. Aunque el peaje de ser un Sevilla quijotesco se cobre a los 20 minutos.

Lo más visto

Más noticias