Rodrygo sólo quiere que valoren su compromiso

Rodrygo es un chaval de 23 años que, a estas alturas, ya ha ganado todos los títulos posibles con la camiseta del Real Madrid, la que guardaba desde niño en su modesta casa de Osasco (Sao Paulo). Llegó a la capital nada más cumplir los 18 y pasó por la escuela del Castilla antes de hacerse un hueco en la primera plantilla.

Siempre trabajó, mostró, ofreció y aceptó. Nunca fue un problema para el vestuario. Al contrario. Sacrificó su perfil favorito, el izquierdo, para dejar que su amigo Vinicius explotase ahí sus tremendas cualidades en el uno contra uno. Fue decisivo en la 14 (inolvidable su doblete al City de Guardiola) y cada año aporta hasta jugando de falso 9, como asumió este año al no fichar el club un delantero top para suplir a Karim.

Ya sé que en sus declaraciones a DAZN ha dejado entrever que no es seguro que juegue el resto de su carrera en el Madrid. Pero, ¿creen de verdad que quiere irse a otro sitio? No lo conocen. Sólo ha pedido un poco de reconocimiento a su compromiso incuestionable con este escudo. Se ha reivindicado al estar cansado de escuchar desde hace muchos meses que “cuando llegue Mbappé, Rodrygo irá al banquillo o acabará traspasado”. Como si sus 214 partidos y 10 títulos de blanco no hubiesen servido para nada. Ojalá marque en Wembley el gol de la 15...

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