Rodrygo reclama el lado poético del fútbol
Al Real Madrid se le ha abierto una ventana perfecta para aprovechar la recta final de la temporada. Entre el 18 de marzo y el 9 de abril sólo habrá disputado un partido, el que le enfrentó con el Athletic, que está a sus cosas y lo confirmó en el Bernabéu. Pasó sin molestar. Fue un partido soso, definido por los dos goles de Rodrygo, el inicial en el primer remate del encuentro, el segundo una hora después. Goles brillantes, de jugador caro. Le vendrán de perlas: Rodrygo siempre está expuesto al debate. Cuenta con una legión de admiradores y otra, más o menos del mismo tamaño, de desconfiados.
Rodrygo saldrá pletórico de este periodo. Marcó en el España-Brasil y contra el Athletic. Se sentirá titular en los días que preceden al partido contra el City, fecha marcada en rojo desde hace un año. Es la Copa de Europa y viene el campeón a casa del equipo que oficia en la competición con más éxito que nadie. Se reanuda un duelo que viene de lejos. En 2022, Rodrygo fue decisivo en la remontada que llevó al Madrid a la final de París. El pasado año, el City se impuso sin contemplaciones en su campo. En los dos casos, el equipo victorioso ganó el título.
El Madrid acudirá descansado -el año anterior jugó la final de Copa en medio de los dos encuentros con el Manchester City- y con los deberes casi hechos en la Liga. No pierde un partido desde septiembre, disfruta de un margen de ocho puntos con respecto al Barça, recupera a Militao después de siete meses de lesión y no asoma ningún nubarrón en el horizonte. Se encuentra en la mejor disposición posible para afrontar el muro definitivo del calendario.
Sin Vinicius, derrotó al Athletic, que tiene la una puerta semiabierta para terminar entre los cuatro primeros y disputar la próxima edición de la Liga de Campeones, pero está en plena ebullición copera, con los que eso significa para su hinchada. Si el Madrid encuentra un encanto irresistible a la Copa de Europa, al Athletic lo marca su inquebrantable relación con la Copa, la gane o no. Aunque hace 40 años que no obtiene el título, no desfallece. En los últimos 15 años, ha jugado cinco finales, cuatro contra el Barça y una con la Real Sociedad. Nada, sin embargo, interfiere el entusiasmo de su hinchada, que nunca desmaya.
Donde quiera que estuviera la cabeza del Athletic, no fue en el Bernabéu. Sus prometedores siete minutos iniciales se disiparon en el tiempo que tardó Rodrygo en conducir la pelota, trazar una diagonal hacia la corona del área y dibujar un precioso remate que superó a Agirrezabala. Es posible que el tiro mereciera una mejor respuesta del portero.
Desde ahí hasta el final, el partido se quedó en muy poca cosa. Partido más propio de la pretemporada que de las fechas que corren. La lesión de Yeray aumentó la cautela de los jugadores del Athletic. La final de Copa está encima y nadie se la quiere perder. Sólo un jugador dio la impresión de exprimirse. El joven Prados se empleó con intensidad y generalmente con acierto. Es titular por derecho. Su influencia en el equipo es innegable. Su titularidad, también.
La comodidad del partido benefició al Madrid en todos los aspectos. Kroos jugó con el batín puesto, Brahim mantiene la chispa, Tchouameni fue dominante en el capítulo defensivo y Rodrygo brilló más que nadie. A diferencia de Vinicius, un futbolista arrollador que no deja un minuto en el plato, Rodrygo tiene un alma poética. Es una delicia de delantero que interpreta el fútbol no a ratos, pero sí a través de los raptos creativos que le surjan.
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