Rocha y Aganzo sí que se llevan bien
El mayor síntoma de cambio en la Federación (RFEF) hay que apúntarselo a Pedro Rocha, que tiene un afán conciliador muy necesario en la casa. Después de muchos años de divorcio entre la RFEF y la Asociación de Futbolistas Españoles, David Aganzo, presidente de AFE, ha sido invitado formalmente a presenciar en el palco del Estadio de la Cartuja el partido entre España y Escocia. Aganzo ha agradecido la invitación y lo ha hecho de corazón, pero no podrá asistir por un feliz motivo: va a ser padre. Enhorabuena. Lo importante es que las relaciones entre ambas instituciones han vuelto a lo que debe ser normal.
La ruptura no fue entre la RFEF y la AFE, sino entre Rubiales y Aganzo. Su enemistad llegó a tal punto que hubo acusaciones y querellas. Pero con la salida de Luis Rubiales de la RFEF, Pedro Rocha ha entendido, con buen criterio, que hay que recuperar las relaciones con la Asociación de Futbolistas Españoles. ¿Y qué pasó? Es una historia larga, pero se resume en una operación para cambiar a Aganzo por un exinternacional que, dicho sea de paso, nunca se prestó a ello. Como, por cierto, tampoco lo hizo Sergio Ramos, que evitó entrar en esa maniobra cuando aún era capitán de la Selección. En todo caso, agua pasada. Lo importante, RFEF y AFE se hablan de nuevo. Y ha sido gracias al poder conciliador de Pedro Rocha y al buen entendimiento de David Aganzo.
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