Opinión

Ricky vuelve a ser un niño

Rubio quiere darse una oportunidad más con una vuelta a sus orígenes, al club que le hizo debutar en la ACB con 14 años: el Joventut de Badalona. Dos decenios después, regresa al lugar donde comenzaron los sueños de aquel niño.

RODOLFO MOLINA
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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“A Ricky le gustaría jugar al basket sin ser Ricky. Como un niño… Quizá como el niño que no pudo ser”. Así terminaba la columna que hace solo dos semanas escribí sobre Ricky Rubio, después de su conmovedora participación en el programa televisivo ‘Lo de Évole’, donde relató con descarnada franqueza los problemas de salud mental que le sacaron del deporte. “Yo quiero jugar al baloncesto, pero no puedo”, fue una de sus frases más impactantes durante la entrevista, aunque no tanto como cuando confesó que una noche frente al espejo, en el hotel de concentración de la Selección en vísperas del Mundial 2023, se dijo: “No quiero seguir, ya no con el baloncesto, sino con la vida”.

Su larga inactividad en una cancha, desde el 2 de junio de 2024, y los misteriosos mensajes de agradecimiento que difundió por redes cuando se cumplió un año de su parón empujaron a pensar que ya tenía tomada la decisión de la retirada, que solo era cuestión de tiempo hacerla oficial. Pero ha ocurrido justo lo contrario. Rubio quiere darse una oportunidad más, seguramente la última, con una vuelta a sus orígenes, al club que le hizo debutar en la ACB con 14 años, 11 meses y 24 días: el Joventut de Badalona. Dos decenios después, Ricky regresa al lugar donde comenzaron los sueños de aquel niño.

El anuncio oficial de su fichaje coincidió con el comunicado emitido por otro grande del basket español, Álex Abrines, también con pasado en la NBA y en el Barça, para revelar su adiós profesional. Para mayor casualidad, Abrines también pasó por problemas de salud mental durante su carrera. “El baloncesto se me hizo bola”, llegó a confesar. Ambos han dado ahora dos pasos inversos en sus vidas, pero muy importantes para su futuro. Los dos en busca de su felicidad personal. Y los dos manifestando su amor por el basket, por muy duro que se hiciera el camino.

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