Red Bull, Alonso y los brotes verdes
La Fórmula 1 detiene la competición durante tres semanas. Después del trepidante y polémico GP de Australia del pasado fin de semana, inundado de banderas rojas, el Mundial no retornará hasta el GP de Azerbaiyán, a finales de abril. Es buen momento para un primer balance. La última carrera de Albert Park repitió un par de constantes de las tres citas disputadas hasta la fecha. Principalmente, el dominio rotundo de Red Bull, que ha hecho pleno: dos triunfos con Max Verstappen y uno con Checo Pérez. La autoridad demostrada confirma la condición de favorito de Mad Max para encadenar su tercer título, con su compañero Checo como principal, y casi único, rival. Nos gustaría pensar que Fernando Alonso también puede pelear el campeonato, pero de momento hay que contentarse con su regular presencia en el podio, tres de tres, que no es poca cosa, y seguir soñando con encontrar un resquicio por el que poder colar la perseguida victoria 33.
El Red Bull y Alonso son los factores comunes de los tres grandes premios, pero Australia nos mostró también otros brotes verdes que pueden marcar el mañana. Por un lado, el paso adelante del Mercedes, corroborado con la segunda plaza de Lewis Hamilton y con el buen hacer de George Russell hasta que se le paró el coche. Y, por otro, el salto de calidad de Carlos Sainz con el Ferrari. La dura sanción al madrileño nos ha dejado ese amargo regusto final, pero, una vez superado el trago, hay que quedarse con los detalles positivos, como su gran salida inicial o como la remontada del undécimo al cuarto puesto tras la primera bandera roja del domingo. Esa fue la carrera real de Sainz, penalización al margen. Bakú nos mostrará si las progresiones de Mercedes y de Ferrari fueron sólo flor de un día, o anuncian un vergel para el futuro. Toca esperar para saberlo. La F1 descansa.