‘Querellator’ le pone a Rocha el último clavo
La sensación de provisionalidad que se vive en la Federación ha ido a más tras la decisión judicial de negarle la cautelar a Pedro Rocha, que tenía los billetes para Belgrado y se tuvo que ir a Cáceres. Rocha deja la RFEF como campeón de la Eurocopa y con el Oro olímpico, que se dice pronto, pero sin renovar a Luis de la Fuente, que sigue con un contrato de alta dirección. En la misma situación están sus ayudantes: Pablo Amo (segundo entrenador), Miguel Ángel España (entrenador de porteros), Carlos Cruz (preparador físico), Juanjo González y Pablo Peña (analistas), además de Javier López Vallejo (psicólogo). Un equipazo.
Pero esto no es culpa de Rocha, que se ha llevado un buen palo con la decisión del juez. La interinidad del cuerpo técnico de España es el resultado de la situación de la Federación, a cuyos tres últimos presidentes los han desalojado los jueces por procesos iniciados por Miguel Ángel Galán, a quien todos, o casi todos, se tomaban a cachondeo. Querellator le llamaban, pero a los tres les ha pegado el último clavo en el ataúd. Claro que, bien visto, echar a Rocha no quiere decir casi nada. Porque su relevo saldrá del mismo huevo del que salió él: de las territoriales. El Gobierno quiere mandar en la RFEF, pero nunca podrá hacerlo porque no cambió la Ley. En la Federación mandan los barones. Los de Pedro. Pero no los del otro Pedro, los de Pedro Rocha.
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