¿Qué pasa con la Copa Davis?

Este fin de semana se está celebrando la Copa Davis. ¿Lo sabían? Posiblemente si usted es un profundo aficionado al tenis, o procede de un país que esté disputando la clasificatoria, quizá le suene algo. Hay seis nombres del top-20 en liza, entre ellos Tsitsipas, y se ha jugado un Zverev-Wawrinka, así que sí se maneja buen tenis sobre el tapete. Pero acá, en España, el torneo está pasando inadvertido, una vez que la Armada ya está clasificada para la fase de grupos gracias a una invitación. Y fuera de España, tampoco estará siendo muy fácil de seguir. Porque esa es otra: ¿saben cómo funciona el sistema de competición en 2023? Quiénes están clasificados, para qué ronda se clasifican, cómo se llega a las Finales… La Davis ha sufrido un zarandeo de tal calibre, que es difícil ubicarse. Todo ello mientras Kosmos, la empresa de Gerard Piqué, ha abandonado tras el cuarto año un proyecto que firmó para 25, mientras anda en litigios con la Federación Internacional para dilucidar quién le debe dinero a quién, y quién ha incumplido realmente su palabra.

Si regresamos a los orígenes de esta marejada, la tradicional Davis Cup había caído en una dinámica en la que las mejores raquetas participaban entre poco y nada. Ahí llegó Piqué con el plan de un Mundial de tenis, que conceptualmente era una buena idea, aunque hay que admitir que no ha funcionado. La razón seguramente radique en que la Davis está muy vinculada a las aficiones, y una sede neutral apagaba el calor de la grada. Tras la ruptura de Kosmos y la ITF, el torneo avanza descabezado, mientras busca una fórmula de futuro que agrade a todas las partes, entre las que hoy se percibe más descontento que pasión. Miguel Díaz, el presidente de la Federación Española, habla de encontrar “algo intermedio”. Los Grand Slams parecen dispuestos a ayudar. Pero hay que dar con esa receta. La Davis necesita un rescate.

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