¡Que no tengan que pasar otros 18 años, por favor!
El llanto de Arrasate, que no tenía consuelo, y de los 25.000 pamploneses que bajaron hasta Sevilla me desarmó. Es pura importancia. A Jagoba se le estropeó el plan desde el comienzo, el doble lateral para frenar a Vinicius saltó por los aires con el gol de Rodrygo tras el jugadón del gran protagonista de la noche. Al menos Osasuna pudo erguirse y Torró, colosal en La Cartuja, logró el empate. Tiene mucha importancia lo que ha logrado este equipo en esta maravillosa travesía. Prórrogas, penaltis, agonía... y un punto de inflexión que de cara al futuro dispara a la entidad a pelear por grandes metas. Han vuelto a hacer historia y con el tiempo seremos más conscientes de lo que supone haber estado en esta increíble cita.
La diferencia de palmarés, plantilla y experiencia es abismal y acabó imponiendo su peso. Pero a orgullo pocos nos ganan a los navarros. Si se hubiera llegado a la prórroga, cualquiera sabe lo que habría pasado. Y en los penaltis, Herrera es de los mejores del mundo. No hay pasajero 16 en el palmarés de la Copa, se queda en 15 ganadores porque Osasuna no entra en ese cielo de los elegidos. Al menos, sabemos que nos espera la Supercopa. Como bien dijo el presidente Sabalza en el vestuario a una plantilla hundida por la derrota, a ver si a la tercera va la vencida. ¡Que no pasen otros 18 años para llegar a una final! ¡Osasuna nunca se rinde!