Primero salvarse... y luego soñar
El Alavés ha comenzado como un cohete, pero debería seguir con su estrategia de humildad y trabajo. Le ha ido bien y lo normal es que no se salga de ese carril. Eso sí, hay un exceso de euforia en Vitoria y la gente ya empieza a hablar con naturalidad de Europa. Lo primero, salvarse, luego a soñar. Hay partidos en los que te ponen en tu sitio y el primero puede ser el de esta noche contra el Real Madrid. Por ahora, los rivales han sido el Celta, Betis, Real Sociedad, Las Palmas, Espanyol y Sevilla. Ahora llegan los cocos. Con el Getafe por medio, Real Madrid y Barcelona casi de manera consecutiva.
La planificación de la temporada ha sido magnífica. Lejos de vivir de las cesiones, el director deportivo, Sergio Fernández, ha compuesto un plantel con muchos jugadores en propiedad. Se pueden utilizar en Mendizorroza y luego, en un momento dado, ponerlos en el mercado y conseguir buenas cantidades en concepto de traspasos. Las operaciones han sido muy brillantes.
Este verano se ha vendido a Rubén Duarte, Luis Rioja y Javi López. Sus clubes de destino, el Pumas, el Valencia y la Real han dejado más de 10 millones de euros en las arcas albiazules. También se han conseguido cantidades interesantes por derechos adquiridos en otros traspasos como el de Demirovic al Stuttgart o Puma Rodríguez al Estrella Roja de Belgrado. Optimismo desbordado, pero mensaje claro del entrenador: seguimos siendo el Alavés, un club con 38 millones de euros como límite salarial. Hagamos primero los deberes, firmemos la permanencia y luego ya pensaremos en otras metas mucho más ambiciosas.