Pogacar apunta a la Vuelta

Tadej Pogacar es un deportista de grandes desafíos. Un ciclista moderno que otorga tanta prioridad al objetivo final, como al camino que conduce a esa meta. No solo importa ganar, hay que hacerlo con el espectáculo como bandera. Dentro de esta filosofía, la confección de sus calendarios también mira más allá de la victoria, construye en el horizonte un lugar en la historia. Pogacar compite por ser el más grande. De hoy y de siempre. El año pasado se planteó el doblete Giro-Tour, un combo que estaba vetado desde Marco Pantani en 1998, y que solo habían logrado antes siete corredores. Ya son ocho. También decidió corregir la anomalía de no haber vestido nunca el maillot arcoíris. Ya lo tiene. Ahora quiere otro.

Para la temporada 2025 se plantea nuevos retos, siempre con la joya de la corona en el eje: el Tour de Francia. Los cinco Monumentos, que solo han completado antes tres ciclistas, el último de ellos Roger de Vlaeminck en 1977, son otra golosina para su palmarés. De momento le restan dos. Uno de ellos, la Milán-San Remo, lo tiene entre ceja y ceja. Hace unos días se le vio entrenarse por el Poggio. Hasta la fecha ha sido quinto, cuarto, tercero… cada vez más cerca. Una vez conquistada la Classicissima, aún le faltaría la París-Roubaix, todavía fuera de su programa, que sí incluye un buen periplo por los adoquines: E3 Harelbeke, Gante-Wevelgem, Tour de Flandes… Camino de la reina del pavés, que intentará más pronto que tarde. ¿Y las grandes? Aún no ha decidido oficialmente si disputará el Giro o la Vuelta, pero si observamos su tendencia a escribir nuevas páginas de leyenda, lo normal es que opte por la ronda española, para rematar la Triple Corona, algo que hasta hoy solo han hecho otros siete corredores. ¿Pasarán a ser ocho? Conociendo al personaje, ¿quién duda de la respuesta?

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