Pimienta queda desde ahora muy tocado

Nada le sirve a este Sevilla para salir de su mediocridad actual, estado que se hace crónico durante todos estos años también contra los equipos grandes: ni el partidazo, gol incluido, de Lucien Agoumé; ni los regates infinitos de Lukebakio; ni el duelo más que aseado de una defensa que solo vivió problemas por culpa del error grosero de Badé, si exceptuamos los momentos finales; ni algún paradón de Nyland, que poco pudo hacer de nuevo ante el cruel tanto de Pablo Barrios. El problema, claro está, no reside en la aparente normalidad de haber perdido contra uno de los tres grandes de LaLiga porque ya decimos: hasta cuando ganaba mucho, a los de Nervión les costaba un mundo vencer a los gigantes.

El 1-2 del Atlético no solo puede meter en problemas clasificatorios al Sevilla si el Leganés consigue esta noche ganarle a Osasuna. Como consecuencia más inmediata y crucial, queda tocadísima la figura de García Pimienta, cuya continuidad posiblemente dependa de eso mismo: que la distancia respecto a los puestos de descenso no se apriete este lunes. El entrenador catalán anda cerca de convertirse en una víctima más del desastre, económico y deportivo, perpetrado por una directiva a la que ya no quiere casi nadie en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El estadio se pronunció ayer de manera unívoca y el Consejo, con Del Nido Carrasco al frente, debería reflexionar.

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