Opinión

Pese a todo, los mejores sin los mejores

España depende de todos y, a su vez, de ninguno. Esa ventaja no la tiene el resto.

Marcelo del Pozo
Director adjunto. Licenciado en CC de la Información por la U. Complutense y máster en Transformación Digital y Estratégica (EOI), inició su carrera en el Diario Ya. Trabajó El Independiente y Diario 16. Llegó a AS en 1996. Ha ejercido las funciones de jefe de fútbol, redactor jefe, subdirector, director de la página web y director de Información.
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Las fases de clasificación no lo dicen todo de una Selección, pero de esta, España se marcha contenta sin presumir y con récord de imbatibilidad. De todas las europeas, solo Inglaterra ha completado un mejor recorrido que La Roja, que en la despedida sufrió una caída de tensión, la misma que registró La Cartuja, que se quedó en media entrada. Sin embargo, no hay ahora candidatura más sólida al Mundial, porque España lleva dos años a toda pastilla: clasificaciones comodísimas, título en la Eurocopa y final de la Nations en una secuencia impecable, incluso sin sus mejores jugadores en la recta final: Rodri, Pedri, Lamine, Nico Williams, Carvajal...

Las razones del éxito son variadas. La primera, que los clubes trabajan con esmero las canteras, vacuna contra el control financiero y fuente de financiación. Cinco de los titulares en la goleada a Georgia y cinco de los que empataron ante Turquía no juegan en la Liga. Dejaron dinero y siguen en La Roja. En la final de Sudáfrica, el once inicial al completo formaba en equipos españoles. La segunda razón es De la Fuente, al que hay que reconocerle atrevimiento en su plan de juego y en sus decisiones, desde la insistencia en Laporte cuando militaba en una Liga menor hasta su apuesta por Oyarzabal como nueve de éxito.

Oyarzabal simboliza bien la obra del seleccionador. Jugador silencioso en sus formas, duplica su producción anotadora con España respecto a la Real Sociedad que capitanea. A ese barco se suma Ferran, que ha marcado ya ocho goles en la era De la Fuente a pesar de que solo ha sido titular dos veces en el último año y medio. Vale lo mismo para Merino, Cucurella o Pedro Porro, futbolistas buenos contados de uno en uno y excepcionales en dinámica Selección. España depende de todos y, a su vez, de ninguno. Esa es su gran ventaja, mantenerse a flote sea cual sea el oleaje. Las demás no pueden decir lo mismo.

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