Partido grande, de los que ponen a La Catedral

El Real Madrid siempre ha sido el rival que más pone a San Mamés, por encima de cualquier otro. Ni derbis, ni un Barça al que se le ha cogido mucha tirria, ni PSG, que aparecerá en una semana. El Athletic se considera en Bilbao un grande y quiere mirar a los ojos al gigante, al mejor club de la historia. Es el otro Clásico. Encima, el coloso blanco llega con dudas, esas incógnitas que el Athletic ha empezado a despejar tras una reacción portentosa en Orriols. Ante el Levante alcanzó una victoria de alivio y todos esperamos en Bilbao que el de esta tarde sea un punto de inflexión definitivo.

Y ojalá no haya factores externos que estropeen el espectáculo. Por ejemplo, que los leones no paguen los platos rotos de las malas actuaciones ante el Real Madrid de Gil Manzano, que aún no ha dirigido esta temporada a los rojiblancos. Pocos olvidan la expulsión de Huijsen en Anoeta con roja directa por derribar a un contrario e impedir una ocasión manifiesta de gol.

El CTA consideró después que la sanción más adecuada habría sido tarjeta amarilla. ¡Menudo pollo! Pero una acción calcada de Vivian ante el valencianista Santamaria, también castigada con roja, apenas tuvo eco. También se recuerda un gol anulado a Bellingham en Mestalla cuando pitó el final de partido antes de rematar. Para eso Ibaigane siempre ha sido ejemplar. Nunca una queja, ni un lamento. Y si cae con un esguince Navarro, el jugador más en forma de Valverde, nadie llora.

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