Otro Hans histórico

Ho tenim tot. San Juan, o San Hans, en 26 de octubre. En Oviedo el Nano del Poble Sec, Joan Manel Serrat, culé irreductible, recibía el viernes el Premio Príncipe de Asturias. Ayer por la noche, Joan Dausà, otro barcelonista acérrimo, cantaba en catalán en Vistalegre ante 11.000 personas mientras el Barça se comía al Real Madrid dirigido por el segundo Hans (Joan en alemán) más importante de la historia del Barça después de Gamper. Con seis jugadores de la cantera de inicio y ocho al final frente a una colección de cromos internacional con un único jugador seleccionable por España en el Madrid, equipo al cual habría que explicarle como funciona el fuera de juego (12 veces cayeron en la trampa y la celebración de Mbappé con la picadita frustrada ya es meme mundial) el Barça, como canta Dausà, pudo entonar “Ho tenim tot”.

Personalidad. Lo primero que tiene el Barcelona es personalidad. Salir a jugar al Bernabéu con dos bichos como Mbappé y Vinicius que son rapidísimos y seguir manteniendo la apuesta de jugar al fuera de juego es propio de valientes. Podía salir cara o podía salir cruz. Hubo momentos de tensión máxima, pero el Real Madrid, como escenificó Mbappé en una celebración que le va a perseguir de por vida (esa manita haciendo la parábola, Kylian, te la devolvió por duplicado Lewandowski) no supo como meter mano a un equipo de adolescentes con hambre que en cuatro días le han metido ocho goles al Bayern de Múnich y al Madrid. Cuatro a cada uno para que no se enfaden.

Fenómenos extraños. En la previa le preguntaron a Flick si era consciente de si en el Bernabéu pasaban fenómenos extraños. Y pasaron. Lucas Vázquez y Tchouameni se fueron sin tarjeta. Vinicius hizo una entrada de amarilla a Iñigo Martínez y la amonestación fue para Iñaki Peña. Por lo menos, esperamos que Sánchez Martínez tarde un tiempo en salir en los minutos musicales de Real Madrid Televisión.

El terror del Madrid. El Real Madrid es un equipo imponente que atemoriza a cualquiera y ahí está su palmarés para demostrarlo, pero ante el único equipo que se siente inseguro es el Barcelona. Los blaugrana son su kriptonita. El City, el Bayern, el Liverpool o quien sea puede ponerse 0-2 en el Bernabéu, que el Madrid sólo piensa en cuánto tardará en remontar. Cuando el Barcelona se pone 0-2, el Madrid se pone a pensar cuando le caerá el tercero. A la inversa, sería lo mismo, pero pasa bastante menos.

El sueño. Hansi Flick le ha dado al Barcelona un halo de normalidad impensable en un equipo que hasta hace nada vivía en un volcán. Es un equipo divertido, joven, descarado que puede ganar o no a final de temporada, pero que ha demostrado que, como dice Ancelotti, nadie le quita el sueño. Es más, anoche, los barcelonistas tuvieron una hora más para poder degustar un triunfo que hacía mucho que se esperaba.

Y Viva la vida. Debo reconocer que soy un enemigo acérrimo de las camisetas estas especiales para los partidos que sirven de márketing. Pero igual estos de Coldplay (que no me dicen nada) dan suerte. Fue un día musicalmente para recordar. El Viva la Vida de Coldplay se asocia a Guardiola, Serrat a 70 años de barcelonismo, Dausà lo petó en Madrid y el otro Hans (además de Gamper) es decir, Flick ganó por 0-4 en su primera visita al Madrid imbatible de Mbappé y Vinicius. Viva la Vida.

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