No se van a rendir
Agoreros. No fue un día fácil para los madridistas. Desde la noche anterior tuvieron que aguantar las chanzas de los infieles a la religión blanca con la murga de los ocho puntos de ventaja y la Liga casi finiquitada. Olvidaban que el vigente campeón de Europa y de Liga tenía cita con su gente en el santuario de La Castellana. Y olvidaban que dar por muerto a este equipo ha sido, es y seguirá siendo un mal negocio. Y eso que de nuevo los contratiempos marcaron un partido que en el primer tiempo vino de nalgas. Voro atrincheró a su desmoralizada tropa en torno a ese gigante georgiano que para muy bien y que quería emular a Remiro. A todo esto se lesionó Militao, el káiser de la zaga del único equipo español que nos queda en la Champions. Encima, el VAR pasó por alto un pisotón con los tacos de Castillejo a Camavinga (roja de catálogo), pero sí estuvo rápido y audaz para sancionar un inofensivo forcejeo de Benzema con Yunus para anular un gol legal de Rüdiger. Al descanso, 0-0 y la sombra de la noche de la Real Sociedad sobrevolando un Bernabéu cansado de vivir el Día de la Marmota en cuestiones arbitrales. Pero agarrarse al fútbol es la mejor medicina...
Golazos de museo. En el Carrusel nos recordaban que al Valencia le meten el 74% de los goles en las segundas partes. Y el Madrid olió la sangre. En dos minutos de locura Asensio, agradeciendo a Ancelotti la titularidad que le regaló por delante de Rodrygo y Valverde, y Vinicius firmaron dos goles de bandera. Lo del mallorquín es como si hubiese nacido en Ipanema. Zurdazo con folha seca y golpeo seco y violento a la escuadra de Mamardashvili, que hizo la estatua para disfrutar mejor de la estética del golazo. Y cuando quitas el tapón de la bañera ya se sabe lo que pasa. Vini, desencadenado, salió de campo propio para retarle a Gabriel Paulista (32 años) a una carrera de 60 metros. Vini, en su partido 200 de blanco, le dejó atrás con una facilidad pasmosa y adornó la escapada con un remate colocado y raso. 2-0 y a otra cosa. La pena es que Paulista apuntó su deshonra y minutos después se tomó la revancha de la peor forma que puede hacerlo un futbolista profesional. Fue a la caza, literalmente, de Vinicius, propinándole una patada alevosa, salvaje y con nocturnidad. Una roja de las que se veían en los años 60 y 70. Fútbol de otra época felizmente caducado. La suerte es que Vini salió indemne de la barbaridad y pudo acabar el partido sin problemas. Si no le ponen una sanción ejemplar veremos más entradas así. Tanto demonizar a la víctima (que si protesta mucho, que si baila, que si gesticula...) y al final algunos se agarran a eso para hacer algo tan lamentable.
Ilusionados. Esta goleada va por mi admirado Antonio Ruiz (ganador de cuatro Copas de Europa con el Madrid imperial de Di Stéfano y Gento) y Pedro García, presidente del Rayo Vallecano a principios de los 90. Ambos cumplieron años, a la vez, el pasado martes. El primero llegó a los 86 en perfecto estado de revista (amar al Madrid es la mejor vitamina) y el segundo a los 75 con la ilusión puesta en el joven Fran García, primer fichaje del Madrid para la próxima temporada: “Lo hará muy bien. Tiene casta, calidad y orgullo”. Este triunfo que nos devuelve la ilusión va por la buena gente de Torredonjimeno (Jaén), la peña ‘Mini Bernabéu’ de Tenerife y no me olvido de Juan Luis Tejedor, socio número 820 del Real Madrid. Nació en el año 1951 y a los siete meses de vida su padre ya le hizo socio del mejor club de la historia del fútbol...