No era Haaland, era Guardiola
El City fichó a Haaland para cambiar el chip y ganar la Champions, y en realidad es Guardiola el que cambió de mentalidad y tiene a tiro levantar el trofeo. No ha necesitado la mejor versión del noruego para superar al Madrid y a los fantasmas, para demostrarse a sí mismo que con su método y una serie de retoques clave está a las puertas de construir un campeón de Europa.
Ha sido él el artífice, no los goles de su estrella. Ha sido él quien ha entendido la Champions, una Champions sin Messi, sin el factor único del argentino, aquel con el que triunfó en el Barça y nunca fuera. El primer tiempo ante los blancos quedará para el recuerdo para siempre como algunos anteriores suyos en esta competición, véase aquel con el Bayern ante el Atlético o ese otro con el Barça ante el Inter en el Camp Nou. Pero con una diferencia. En ninguno de los dos anteriores el buen juego le sirvió para clasificarse, a diferencia de este. Hubo una transformación.
Con un cinturón de seguridad mucho más sólido gracias a Rodri (descomunal) y a la función híbrida de Stones, con unos laterales dedicados única y exclusivamente a defender, con una utilización del riesgo mucho menor que en otras ocasiones, ha logrado hacer del City un equipo bonito, bueno y bragado, una mezcla necesaria, una ecuación que además de arrasar en la Premier compite en Europa. Un cóctel explosivo al que ya sólo el Inter puede frenar en la final...
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