Ni a ellos les gusta sólo el béisbol ni aquí somos todos toreros
La Embajada de Estados Unidos organizó en su monumental sede, en la milla de oro madrileña, un evento para seguir y celebrar el sorteo del Mundial.
La Embajada de Estados Unidos organizó en su monumental sede, en la milla de oro madrileña, un evento para seguir y celebrar el sorteo del Mundial. El embajador, el norteamericano de origen cubano Benjamín León, no estuvo en el acto porque aún no ha presentado credenciales ante el Rey. Trump le nombró hace nueve meses, pero aún no ha recibido la confirmación por parte del Senado de EE UU, por lo que aún no ha tomado la plaza. En su ausencia hizo de anfitriona la encargada de Negocios, Rian Harker Harris, aunque quienes llevaron de verdad el peso del acto fueron el agregado de Prensa, Tuck Evans, y Mauricio Sánchez, el español que coordina el área de comunicación.
Seguir un sorteo del Mundial en un pedazo de Estados Unidos siempre es algo exótico. Porque en España tenemos la tendencia a pensar que allí sólo saben de baloncesto, igual que ellos la tienen a pensar que aquí somos todos toreros. Y no es cierta ni una cosa ni la otra, tal y como pude comprobar de primera mano. En el caso de Mauricio, madridista de pro, no me extrañó. Pero confieso que sí lo hizo Tuck. Para empezar llevaba la camiseta de USA bajo la chaqueta, un dato relevante. Pero cuando empezó el sorteo me maravilló apuntase un dato certero sobre cada país que arrojaba el bombo. El representante de Canadá, Eric Wilrich, agregado de Defensa, llevaba igualmente la de su país. Pero le daba igual ocho que ochenta. El embajador de México, del que podría esperarse más pasión, llevaba un elegante traje de raya diplomática, pero sin elástica debajo. Una pequeña decepción.
Fue una tarde provechosa, porque mi último contacto con el fútbol de Estados Unidos fue en el Mundial 1994, y ya ha llovido bastante. Recuerdo que su presidente, Bill Clinton, no acudió al sorteo. En este no sólo estuvo Donald Trump, sino que además fue el protagonista en Washington. Tampoco hubo recepción en la Embajada. Ni seguramente tanta pasión como la de Tuck, que al final confesó que, en líneas generales, el sorteo había sido benévolo tanto con su país como con España, pero no tanto con Brasil ni con Francia.
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