‘Mili’, tu paciencia tuvo premio
Militao es un central a la vieja usanza (contundente y expeditivo), pero a la vez añade una virtud clave en el fútbol moderno: la velocidad. En los últimos minutos de la final de Varsovia ante el Atalanta hizo un cruce imperial en una jugada que amenazaba a Courtois que nos puso en pie a los que tenemos una fe ilimitada en el brasileño. Mili tuvo que afrontar justo hace un año en estas fechas una lesión de ligamento cruzado que a más de un futbolista le ha puesto en duda incluso el resto de su carrera profesional. Pero él supo ser paciente, trabajar con los recuperadores en Valdebebas cada mañana con la templanza de un sabio y asumiendo que en la recta final del curso tendría un protagonismo secundario para evitar recaídas. Por eso supo asumir con total serenidad su suplencia en la final de Wembley...
A sus 26, Militao tiene varios años por delante para consolidarse como la pareja perfecta de baile de Rüdiger. En muchos aspectos, ambos me recuerdan al dúo maravilloso e impenetrable que formaban Sergio Ramos y Pepe. Dos centrales que no están para hacer amigos y que protegen a su portero como si les fuese la vida en ello. Eso sí, los madridistas rezamos para que ninguno de ellos sufra siquiera un resfriado, porque la marcha de Nacho y la lesión de Camavinga ha cerrado el cupo de alternativas. Ojalá que la enfermería no vuelva a ser noticia.
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