Mendy y Fornals, ahí estaba la diferencia
El derbi se empezó a decantar en una jugada muy sintomática sobre el distinto nivel de Sevilla y Betis.
La desigualdad. No hay reparos al triunfo del Betis en el derbi. La realidad es testaruda y la distancia actual que separa a ambos equipos fue suficiente para decretar un ganador. En una jugada, con dos protagonistas principales, se decantó la balanza. El regalo de Mendy, falto de intensidad y orden en una posición que exige estas cualidades casi más que ninguna, fue aprovechado por la calidad de Fornals. Dos jugadores de perfiles antagónicos, que simbolizan las apuestas distintas en la confección de cada plantilla. En el Betis sobran los jugones, en el Sevilla los echan de menos. Lanzado hacia la Eurocopa, Fornals completó un partido estupendo dirigiendo la mayoría de las operaciones ofensivas: tres disparos, dos ocasiones creadas... Es un futbolista con una carrera distinguida, pero ahora mismo atraviesa un momento de confianza absoluto que le eleva como uno de los jugadores de LaLiga. Su fama excede al talento, porque la lección de coraje para superar los inconvenientes que suponían las ausencias de Isco y Antony también reseña la clase de jugador que es. El Sevilla, precisamente, no tiene figuras de este tipo. Dos mundos en una misma ciudad.
El banquillo. El estreno de Julián Calero en Primera llegó a su fin. El Levante anunció su destitución, que le convierte en el segundo entrenador caído de la temporada tras Veljko Paunovic en el Oviedo. Dos equipos ascendidos que ya han girado de rumbo en los banquillos después de decisiones a las que todos les pueden encontrar objeciones. La clasificación quizá las motiva, pero hay cierta injusticia en que los artífices de los regresos a la máxima categoría se vean despedidos en alturas tempranas del curso. Son las urgencias del fútbol y la interinidad permanente a la que se ven abocados los entrenadores. En el caso de Calero, hay justificaciones a su cese. El Levante suma muchas derrotas consecutivas y no logra transformar la sensación quebradiza de su defensa. Es el equipo al que más rematan y que más toques en el área propia recibe. De todos modos, Calero quizá merecía más tiempo en el cargo. El agradecimiento, al menos, debería ser eterno.
Maneras de ver las cosas. Desde aquellas declaraciones de Iago Aspas en las que criticó la propuesta del Espanyol, algo se ha roto entre los dos clubes. Claudio Giráldez hizo un análisis similar del traspiés del Celta. “Yo no voy a plantear los partidos como hace el Espanyol. Respeto lo que hacen ellos, mi manera de ver el fútbol es otra”, explicó. Tenga razón o no, aunque seguro que las formas no son las adecuadas, coviene no restar méritos a los de Manolo González, que compiten hasta las últimas consecuencias. El planteamiento perico funcionó mejor que el celeste, y el balón parado, virtud en uno y defecto visible en el otro —44% de los goles marcados y 37% de los goles recibidos—, terminó por acreditarlo. El Espanyol se ganó la victoria.
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