Mbappé, para sumar y no para liderar

Fin a la tortuosa espera. Siete años han sido necesarios para plasmar la oficialidad de un fichaje en diferido que llegó a hastiar a la gran mayoría de la afición madridista. Mbappé es una estrella mundial y nadie discute sus galones futbolísticos. Que el Madrid lo haya cerrado por cinco temporadas todavía en el esplendor de su carrera (tendrá 30 años cuando finalice su contrato) es una operación estratégica que aventura grandes beneficios tanto deportiva como económicamente. De hecho, Florentino se ha marcado un triunfo con mucho poso dado que Al Khelaïfi y los petrodólares de Qatar han visto cómo el Real Madrid se lleva a su jugador franquicia sin tener que pagar un solo euro. Hace un año dijo Al Khelaïfi muy ufano y en tono amenazante: “Mbappé sólo saldrá de aquí traspasado o renovará. Nunca dejará el PSG gratis”. Pues va a ser que no. El Madrid también ha ganado esta batalla de los despachos...

Lo único que despierta cierto recelo entre la afición es la actitud y el tono en el que el parisino pueda aterrizar en el vestuario del Bernabéu. Kylian debe saber que llega a un equipo que ha ganado seis Champions en la última década, por lo que nunca será un salvador y más bien un invitado de lujo que se suma a una fiesta que ha sido estupenda sin su presencia en estos últimos años. Mbappé debe llegar genuflexo, con humildad y asumiendo que llega al maravilloso proyecto de Ancelotti para sumar y no para liderar. Carletto ha manejado muy bien los egos en una plantilla que se comporta como una familia y esa ha sido una de las claves de una temporada triunfal que pasará a la historia. Mbappé debe olvidarse de los tics umbilicales que les permitían en París ser el eje de todo. Aquí aterriza en un paraíso donde todos reman en la misma dirección. Kylian, si eres listo alcanzarás la gloria que se te negó durante siete años en el PSG y podrás por fin ganar una Champions y, quién sabe, algún día el Balón de Oro. Pero que sepas que ahora mismo tienes a Vinicius y a Bellingham por delante. A partir de ahí, seguro que con tu inteligencia emocional (me consta que eres un chico bastante espabilado y encima con un dominio perfecto del castellano) tendrás vía libre para alcanzar tus deseos. Bienvenido al Madrid de tus sueños infantiles, Kylian.

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