Más Adas Hegerberg y Emmas Thompson

El fútbol es como un avión que viaja con nosotros y que transporta diferentes tipos de carga. El esfuerzo y los valores, por un lado, y las desigualdades y el machismo, por otro. De hecho, se vio en el Mundial de Francia 2019. La mayoría de los equipos que acudieron al campeonato fueron los que tenían unos niveles más altos de igualdad de género según el Foro Económico Mundial.

Los derechos se consiguen luchando y no dejando que los demás hagan las cosas por nosotras porque no lo van a hacer. A nosotras nos cuesta la vida conseguir todo lo que tenemos. Emily Davison fue arrestada nueve veces, torturada y atropellada por su lucha para conseguir el voto femenino; 146 mujeres y niñas murieron en un incendio en una fábrica de Nueva York debido a las condiciones de semi esclavitud en las que trabajaban: salarios bajísimos, jornadas súper extensas, sin derecho a comer y por supuesto sin protección legal. Y por si fuera poco encerradas bajo llave. Este horror inspiró la lucha de las mujeres del siglo XX por la mejora en las condiciones laborales y por la igualdad de derechos y oportunidades. Además, sirvió para instaurar el Día de la Mujer Trabajadora.

Emma Thompson, ganadora de dos Oscar, acaba de renunciar a un papel en el que estaba trabajando para no tener que convivir con “un hombre que se ha pasado décadas manoseando a mujeres”. Mediante una carta en ‘Los Angeles Times’ explica que: “Las mujeres en mi posición debemos actuar para que las cosas cambien en las próximas generaciones y para que nuestras hijas estén a salvo”.

Ada Hegerberg, la primera Balón de Oro, quien tuvo que aguantar que, en la entrega de este premio, el presentador le pidiera “twerk”, renunció a su selección en 2017. Se perdió el Mundial de 2019, para pedir igualdad de condiciones entre mujeres y hombres en la selección noruega: “Mi madre nos dio a mi hermana y a mí el valor para usar nuestra voz y ser capaces de hacer sacrificios en nuestra carrera para que las siguientes generaciones crezcan con mejores condiciones”. Ese mismo año, la Federación Noruega terminó con la brecha salarial: las mujeres y los hombres iban a recibir el mismo sueldo por jugar al fútbol.

A Irene Paredes, Alexia y compañía no les ha costado la vida pero sí a algunas compañeras que disputaron el Mundial de Canadá, que después de visibilizar las humillaciones que sufrían por parte de su entrenador (“A ti lo que te hace falta es un buen macho”, “Quiero erradicar el lesbianismo y los malos hábitos”, o “La próxima vez, el escote te lo pones por delante”) no han vuelto a aparecer en ninguna convocatoria de la Selección. No pasó a la historia como el primer Mundial que disputó la selección, sino el que sacó a la luz uno de los episodios más oscuros del fútbol femenino. También nuestras futbolistas fueron protagonistas de la histórica huelga de 2019 que propició la firma del primer convenio del fútbol español femenino. Y ahora, después de tanta miseria, de tantos años de lucha de unas y otras, dan otro paso en la búsqueda de la igualdad en el deporte. Gracias Reyes y Amanda por vuestro acompañamiento.

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