Márquez y Acosta despiertan ilusión

La vida sigue más o menos igual en el Mundial de MotoGP tras la disputa del inaugural GP de Qatar. Las cosas han cambiado muy poco en cabeza. Jorge Martín se adjudicó la Esprint en Losail y Francesco Bagnaia se impuso un día después en la carrera reina, lo mismo que había ocurrido a finales de noviembre en el cierre del GP de la Comunidad Valenciana. El español lanzó un aviso el sábado de que volverá a acechar al bicampeón en el combate por el título. Y el italiano le recordó el domingo quién ha conquistado los dos últimos títulos y por qué. Todavía falta un mundo por delante, 20 grandes premios, un total de 40 carreras, y seguramente habrá otras alternativas, pero el arranque de 2024 es casi, casi un calco de 2023.

Hay que remarcar el ‘casi’, porque algunos detalles importantes sí han variado. Y no sólo por la pujanza de Brad Binder, segundo en los dos podios del fin de semana, porque el sudafricano ya acabó cuarto el Mundial del año pasado y sus prestaciones no pueden considerarse una sorpresa. Sino por los dos nombres propios españoles que despiertan más ilusión en la afición, con permiso de Martinator. Me refiero, en primer término, al campeonísimo Marc Márquez, que estrenó su Ducati de Gresini con una cuarta plaza, no demasiado lejos del cajón. Hay esperanzas de que Marc pueda pelear cada vez más cerca de los mejores. Y, en segundo lugar, al debut más esperado en MotoGP, el fenómeno Pedro Acosta, que protagonizó alguno de los momentazos del día. El Tiburón de Mazarrón hizo una remontada marca de la casa hasta la cuarta posición y acarició el podio tras un simbólico adelantamiento a Márquez, de quien todo el mundo le señala como sucesor, pero a partir de ahí pagó el desgaste, físico y mecánico, para retroceder al noveno puesto, una clasificación que no se ajusta al espectáculo brindado. Todo sigue igual, decíamos. Pero no tan igual.

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