Opinión

Los tenistas curan sus males

Con los suculentos premios del Six Kings Slam, es normal que los jugadores se olviden de golpe de todas sus dolencias, o incluso contradigan sus propios discursos sobre calendarios saturados. 

Issei Kato
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Carlos Alcaraz regresa mañana a la competición después de su renuncia a participar en el Masters 1000 de Shanghái a causa de la torcedura de tobillo que sufrió durante el ATP 500 de Tokio, que no le impidió alzar el trofeo. Todavía luce un vendaje en la zona lesionada. En la misma jornada también juega Novak Djokovic, que reaparece tras su duro tránsito por Shanghái, donde padeció vómitos y el azote del calor hasta su eliminación en semifinales. Hoy ya lo hizo Jannik Sinner, que tuvo un final todavía más traumático en el torneo chino, del que tuvo que retirarse invadido por calambres. Alcaraz, Djokovic y Sinner son tres de los Six Kings que compiten esta semana en un evento de exhibición de Arabia Saudí que reparte premios desorbitados. Los 5,2 millones de euros que se embolsará el campeón son el botín más alto del planeta tenis, por encima de los 4,3 millones de los ganadores de las ATP Finals y del US Open, los dos tesoros más suculentos del circuito oficial.

Con este apetitoso cebo, es normal que los tenistas se olviden de golpe de todos sus males físicos, o incluso que contradigan sus propios discursos sobre calendarios largos y saturados. El número uno mundial ha reconocido que entiende “las críticas”, pero ha puntualizado que no son comparables las dos semanas de tensión de un gran torneo oficial con los dos días de exhibición en un escenario que no ofrece más presión que el montante económico. Tan verdad es una cosa, como la otra. Los países árabes han desembarcado en el deporte con una chequera que rompe cualquier código tradicional. Al menos, en el tenis, no han inventado todavía un circuito paralelo como ha ocurrido en el golf con el LIV. Los campeones acuden a la llamada de los petrodólares. El mejor bálsamo para todos los dolores.

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