Lo de Vinicius es la factura por la rabieta del Clásico

Desde que pisé el Bernabéu por primera vez en 1973 (¡han pasado 52 años!) he visto tantos partidos y he sentido allí tantas emociones de todos los colores que me atrevo a afirmar que soy un diplomado en la asignatura dedicada a analizar el comportamiento de la grada del coliseo de La Castellana. Lo de Vinicius del miércoles no fue por su discreto partido ante los ingleses, sino para recordarle que todo lo malo que está sufriendo el equipo en forma de pobres resultados y una imagen de escaso compromiso (excepto en Bilbao y el City) tiene su semilla en la injustificable rabieta del Clásico cuando Xabi decidió sustituirle.

Aquel berrinche infantil y umbilical rompió algo entre el tolosarra y una parte del vestuario, quedando socavada su autoridad por no castigarle con una suplencia más que merecida por su actitud y con el añadido de no nombrarle Vini en su pliego público de disculpas. El ‘7’ ha enrarecido un ambiente que era festivo por el triunfo en el Clásico. A partir de ahí llegaron los patinazos de Vallecas, Elche y Girona, así como el celtarrazo del domingo en Chamartín. Si a eso añadimos que Vinicius acumula 12 partidos consecutivos sin ver puerta es fácil entender la reacción de parte de la grada del siempre exigente Bernabéu. Todos apreciamos a Vini, pero no con su autodestructivo bucle actual...

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