Lim, las ‘urracas’ y el Pipo Baraja

Valencia huele a Fallas, aunque por Mestalla la de Lim se quemó hace un tiempo. Lo del dueño con la gente tiene difícil solución, aunque en el fútbol nunca se sabe. Lim, asiático de nacimiento, maneras y formas, aunque anglosajón por referencia e imitación, temía vérselas por una situación similar a la de Mike Ashley en Newcastle, donde la masa social le dio la espalda hasta celebrar como un título la venta del club al jeque Mohamed bin Salman. A Lim, a quien le quieren fuera, sin sopesar quién vendrá detrás, ya solo le falta consumar un descenso como las urracas para sentarse en la mesa de Ashley. A falta de 15 jornadas su Valencia es penúltimo.

Tras la espantada de Gennaro Gattuso, quien algún día explicará si en su decisión pesó más su desquicio o su incapacidad, Lim ha entregado la manguera a Baraja. Se decantaron por él porque transmitió seguridad, sentimiento y no puso condición de tiempo ni dinero, como en su derecho estaba Vicente Moreno, el otro candidato. El Pipo, es evidente, ha regresado más por leyenda que por currículum. Nada nuevo bajo el sol. A ver si es que Guardiola, Zidane, Simeone o Xavi tenían 1000 partidos como entrenador cuando llegaron. Ojalá Baraja siga, buena señal será. Pero sin comparaciones, que el Valencia lleva buscando su Simeone desde Pellegrino y ya han pasado 14 entrenadores por Mestalla y siete veces Voro.

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