Las niñas quieren jugar a waterpolo
La niñas de este país quieren ser waterpolistas. Y no me extraña. En pocos deportes unas mujeres han inspirado tanto a una generación que las han superado con el oro de los Juegos de París. Esa medalla de plata lograda en el Water Polo Arena de Stratford en 2012 ilusionó a muchísimas niñas que querían ser Maica García, Laura Ester, Pili Peña, Jennifer Pareja, Anni Espar o Mati Ortiz. Ellas abrieron el camino y cuatro de ellas han visto como con la ayuda de las jóvenes a las que inspiraron alcanzaron la cima después de esa dulce derrota ante los Estados Unidos, intocable entonces.
Laura, Maica, Pili y Anni siguen en el equipo, pero a su lado tienen al nuevo talento del waterpolo femenino español encabezado por Bea Ortiz, que a día de hoy es la mejor jugadora del mundo. Además de Bea, Martina Terré defiende la portería mientras Laura la aconseja, Paula Leitón se pelea en la boya y ahí se suman Elena Ruiz, Judith Forca y tantas otras que lograron tocar el cielo un 10 de agosto de 2024 en París tras quedarse dos veces en el segundo escalón del podio.
Y detrás de todo está el gran arquitecto que explica el que probablemente sea el cambio generacional más exitoso que se haya dado en el deporte español: Miki Oca, que llegó al banquillo de la selección con el objetivo de clasificar a España para los Juegos Olímpicos y que ha acabado ganando dos platas y un oro, además del inolvidable Mundial de Barcelona. Las niñas quieren agua y pelota gracias a todas ellas.