Lamine, ponte las pilas
Las semanas previas al Clásico se la pasó la estrella culé paseando en helicóptero en Croacia, acudiendo a la Kings League y haciendo el pavero. Lección para aprender de cara al futuro.
Los desafíos. Igual ha llegado el momento de decirle a Lamine Yamal que, siendo mucho, todavía no es tanto como lo que se cree. David Remnick, en su maravillosa biografía de Muhamad Ali (Rey del mundo), explica que la estrella más grande de la historia del deporte junto a Michael Jordan se motivaba a si mismo desafiando a los rivales muy superiores para curar su miedo a perder. Les tenía pavor. Temía a Liston, a Frazier a Foreman, pero los retaba antes de los combates para exigirse más. Me da que esto lo intentó hacer Lamine Yamal esta semana pero no le salió bien a él, pero que a la larga será satisfactorio para su equipo, Es un jugador monstruoso, pero no está aún para desafiar a gigantes. Le iba mejor cuando iba de tapado. Lo que hay que celebrar es que sobre el campo, con su entrenador y los rivales se comporta como una persona decente y un buen ciudadano, cosa que en ninguno de los tres caso se podría decir de Vinicius, que en cero coma puede faltar a su técnico, al que le sustituye, al rival y a la prima del pueblo de su entrenador. No es nada extraño que Gaspart, tal y como confesó en este diario, se identifique con él. Los trileros se detectan.
Por el pelo de una gamba. El partido empezó con el vértigo, escenario en el que se siente más cómodo el Madrid que el Barcelona, que se salvó en los compases iniciales por el pelo de una gamba, que diría Luís Aragonés. La falta de contundencia del Barcelona en la presión alta llevó al equipo blaugrana a transitar por la cornisa. Se salvó de dos sustos. Penalti de Lamine a Vinicius que parecía claro en el campo, pero que el VAR rectificó acertadamente y un gol (golazo) de Mbappé tras una pérdida de balón muy blandiBarça que se anuló por centímetros. El problema del Barça era que estaba muy por debajo de lo esperado. Y el gol del Madrid se esperaba más pronto que tarde. Mbappé rompió la trampa del fuera de juego primero y luego, tras el empate de Fermín tras error gordo de Güler, (otro al que confunden las trompetas) Bellingham marcó en una jugada que ilustra como no se debe defender el área.
Las excusas. Para los barcelonistas, las excusas a la derrota son innumerables. Empecemos por la estadística: ganar cinco partidos seguidos al Real Madrid es algo casi imposible, sólo al alcance de Guardiola. Y luego están las bajas. El Madrid puede venirse muy arriba, pero hay que tener en cuenta que los blaugrana jugaban sin sus dos mejores porteros, sin Gavi, sin su entrenador en la banda, sin Lewandowski y sin Raphinha. Tampoco seria un drama perder en el Bernabéu tras cuatro victorias con el equipo en cuadro.
Juego y áreas. Ante este partido el pronóstico estaba claro: el juego debía de ser del Barça y la áreas del Madrid. El equipo blanco tiene al mejor portero del mundo, Courtois, y el Barça bastante hizo con su tercer portero, Szczesny. En ataque, sin Raphinha ni Lewandowski,la delantera falló. Pero la clave estuvo en que Pedri no estuvo a su mejor nivel. Ni Fermín a pesar de su gol. De Jong fue el mejor del centro del campo. No hay más preguntas.
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Lección y cuenta pendiente. El Real Madrid fue justo ganador, pero sin alardes. Y espero que esta derrota pusiera gasolina para futuros enfrentamientos en los que Joan García habría parado con una mano los dos goles del Madrid (nada que reprochar a Tek que además paró un penalti a Mbappé), que Raphinha habría dado carácter al equipo, Lewandowski intimidación y que se jugará en el futuro Spotify Camp Nou. Y si además, resulta que Lamine Yamal reflexiona y se pone las pìlas y alguien le dice que aún le queda para confirmar que es el mejor, pues hay mucha tela que cortar.
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