Opinión

La Vuelta pierde el Norte

Si el año pasado titulábamos esta misma columna ‘La Vuelta al Norte’, en esta ocasión podríamos repetir el encabezamiento, pero cambiando el punto cardinal: ‘La Vuelta al Sur’.

Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Si el año pasado titulábamos esta misma columna ‘La Vuelta al Norte’, en esta ocasión podríamos repetir el encabezamiento, pero cambiando el punto cardinal: ‘La Vuelta al Sur’. La organización ha virado el mapa con una propuesta de recorrido que, a simple vista, parece una provocación. O una demostración de su fuerza y su diversidad. Algunos podrían pensar, incluso, que el volantazo es una reacción contra las zonas más activas en las protestas contra el Israel durante la última edición. No creo que ese factor haya sido decisivo. Pero tampoco está de más tomar nota. Los trazados se construyen con mucho margen, y este diseño seguramente ya estaba perfilado desde antes del conflicto.

Si acaso, suena más a una reacción contra las críticas al recorrido de 2025, que se volcó hacia el norte, igual que ya había hecho en 2012 y en 2020. El nuevo mapa demuestra que La Vuelta puede montar el trayecto más exigente de la historia sin la presencia de la Cordillera Cantábrica y sin la Meseta Central. Tampoco es totalmente original, porque ya se hizo algo parecido en 2004. Vayan a la hemeroteca. O a los buscadores digitales. De hecho, entonces ni siquiera se tocaron los Pirineos, que en 2026 sí se cruzarán, inevitablemente, en el periplo desde Mónaco. Pero sí acabó en Madrid, otra diferencia relevante. La ausencia de la capital también nos conduce a varias claves. La primera es que este certamen estaba destinado a finalizar en Canarias, que se bajó del barco a última hora. La segunda es que, con el broche en Granada, no convivirá con el gran premio madrileño de Fórmula 1. Y la tercera, y no menos importante, es que toma distancia de la última imagen que todos tenemos de la pasada Vuelta: la carrera cortada por los manifestantes y las vallas por los suelos. A veces es bueno alejarse para ver la vida con otra perspectiva. Aunque para hacerlo haya que perder el Norte.

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