La Vuelta está en un pañuelo
La octava etapa es complicada si llueve. Ese final ya lo viví con agua y es peligroso por las carreteras que hay. Abajo de Xorret, en el año 96, llegando a meta, hubo muchas caídas. Hay que convivir con ello, muchas veces llueve y hay que tomar precauciones. Y hay veces que te vas al suelo igual. Así es el ciclismo. Hoy hubo viento y al final no hubo ese movimiento que se podía esperar, pero todos los equipos estaban prevenidos y esa tensión fue la que provocó caídas. Las etapas del fin de semana serán mucho más decisivas, pero a veces el viento puede marcar más diferencias que un puerto. Tuvimos un esprint que fue una pena para Aular, que se quedó muy cerca. Hay que saber trabajar unos días para uno y otros para el otro. Los del Caja Rural iban cada uno por un lado. Es importante estar ahí porque algún día puede sonar la flauta.
El desnivel del Xorret de Catí es grande. Son rampas con mucho porcentaje y puede haber diferencias, aunque no serán grandes entre los favoritos. Puede ser más significativo el tiempo que la propia subida. Los días van pasando y alguno también puede acusar el cansancio. Vingegaard siempre se queja de que esos puertos no le van, Roglic sí se defiende bien. A Ayuso le puede venir bien, pero no hay que olvidar que hay una bajada antes de llegar a meta. Se verá el riesgo que quiera tomar cada uno. A Evenepoel no le vendrá mal después de haberse quitado el liderato. Están todos en un pañuelo. En estos dos días puede salir de líder Kuss. Le veo de rojo en el día de descanso.