La Liga del Leganés son todos

A Borja Jiménez se le escapó en la previa de la visita del Atlético que su Liga, la del Leganés, es más batallar contra rivales directos que plantar cara a gigantes como el rojiblanco. Y tiene lógica. Aritmética y deportiva. Ahora que el Lega estrena la segunda vuelta, la mayor parte de sus enemigos deberán pasar por Butarque y, con el viento a favor del primer tramo del campeonato (del noveno para abajo, sólo perdió contra el Betis), todo apunta a que la salvación pasa más por rascar contra esos contrarios, que bracear frente a molinos de viento.

Aun así, discrepo. Lo hago con la nostalgia golpeando mis sienes y una frase retumbando en el corazón. “Si los grandes no son nuestra Liga, qué cojones hacemos en Primera”, me descerrajó en un off the record Asier Garitano (todos en pie) el verano de 2016, el del estreno pepinero en la élite, cuando traté de enhebrarle un argumento similar al de Borja. Desde entonces, guardo aquella sentencia como frase de cabecera que, afortunadamente, el fútbol desempolva de vez en cuando. Por ejemplo, cuando el Leganés asaltó al Barça en Montjuïc (0-1) en una victoria trabajada. Cero casualidad. Sin esos tres puntos, ahora sería carne de descenso en la demostración empírica de que la Liga del Leganés tiene 19 rivales. Y la salvación no pasa sólo por meterle mano a los últimos, sino también por plantarle cara y, a ser posible, puntuar contra los primeros.