OPINIÓN

La falta de dinero sacó a flote el talento

Gorka Leiza | DiarioAS
Director adjunto. Licenciado en CC de la Información por la U. Complutense y máster en Transformación Digital y Estratégica (EOI), inició su carrera en el Diario Ya. Trabajó El Independiente y Diario 16. Llegó a AS en 1996. Ha ejercido las funciones de jefe de fútbol, redactor jefe, subdirector, director de la página web y director de Información.
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Los mejores. España liquidó a Bulgaria con la misma facilidad que a Turquía y Georgia para cerrar el pleno en las dos primeras ventanas FIFA y casi asegurarse el Mundial. Rivales entre sencillos y de medio pelo, pero con otros similares sufrieron algún pinchazo Alemania, Italia, Croacia, Portugal o Francia, candidatas al titulo. En su primera visita a AS, hace tres años, De la Fuente aseguró tener a los mejores, con el conocimiento de causa de quien los había horneado. Nos sonó a una bilbainada de alguien que se crio en el Athletic. Ahora está en su derecho de pasar factura con el ranking mundial FIFA y el récord de imbatibilidad (igualado) en la mano.

Las potencias. En este trayecto de 29 partidos sin mancha se ha cruzado dos veces con Francia, Países Bajos, Italia y Croacia, y una con Portugal, Inglaterra, Alemania y Brasil. En total, doce partidos de gran tamaño. Once superó Del Bosque en su racha triunfal. Dos seleccionadores de éxito, pero, sobre todo, el triunfo de un modelo. En la década 2014-2024, las selecciones inferiores de España conquistaron 16 títulos, por once de Alemania y seis de Francia, hasta entonces grandes locomotoras de Europa. Esa pujanza juvenil de España llevaba tiempo ahí. La diferencia es que el talento se mantiene ahora intacto hasta llegar a la absoluta.

La carestía. No existe una sola razón, sino muchas: mejores instalaciones, entrenadores más preparados, nutricionistas, fisios, psicólogos… y haber hecho de la necesidad virtud. Grandes canteranos brotaron de grandes crisis económicas. La Quinta del Buitre, por no ir más lejos. El férreo y necesario control económico a los clubes les ha obligado a mirar hacia dentro y ha convertido a un país tradicionalmente comprador en productor y exportador. Quizá en un Barça económicamente menos débil Lamine no sería hoy Balón de Plata y Cubarsí, Casadó, Balde o Fermín andarían cedidos en el mejor de los casos. Quién nos iba a decir que la carestía sería una bendición.

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