La Copa, la derrota y la gloria

El Barça inicia esta noche la defensa del bicampeonato alcanzado la pasada temporada. La Copa fue de hecho el torneo que empezó a coronar al campeón español para celebrar la mayoría de edad de Alfonso XIII. Luego se le sumaría la Liga, un par de años antes de marcharse al exilio. Sumando los dos grandes torneos, el Barça lidera el escalafón del fútbol nacional. Aunque la Liga se lleve los mejores focos, hay algo en lo que no puede competir con la Copa: esa sensación de vértigo en un cruce a cara o cruz, la excitación del modesto ante la posibilidad de derribar con una honda a un gigante. El formato a partido único permite fabular con esa gesta bíblica. Imagínense a los chavales de Guadalajara soñando con un milagro. Todo eso es la Copa.

Al final de mi segunda película favorita, Murieron con las botas puestas, el coronel Custer, horas antes de caer en la batalla de Little Big Horn con todo su regimiento, le dijo a un ex compañero de la academia de West Point metido a negociante corrupto. “Hay algo en favor de la gloria que el dinero nunca podrá alcanzar. La sigues llevando contigo después de muerto”. Lo normal es que esta noche el dinero del Barça derrote a los sueños de gloria de un modesto equipo de la tercera categoría de nuestro fútbol que lucha por no bajar otro peldaño más, pero nadie podrá arrebatarle el sueño de la gloria, ni siquiera después de la derrota.

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