Huijsen apunta a Lamine
Un análisis superficial apuntaría a Lamine como figura única en la goleada de España a Bulgaria. Nadie puede cuestionar el liderazgo ofensivo del extremo, simplemente extraordinario, pero el juego de la Selección debe mover el foco a lo colectivo. España fue un equipo completo en la esfera creativa, con movilidad y finura entre líneas, que abasteció como necesita a Lamine. La joven estrella disfrutó de espacio y tiempo para desequilibrar porque le llegó la pelota en posiciones favorables. Zubimendi, Pedri, Merino, Porro u Oyarzabal conectaron con él. Y Huijsen, también.
Como hacía Iñigo Martínez en el Barcelona, el balón de lado a lado desde la zona defensiva es un recurso diferencial. El pie de largo alcance de Huijsen, además de su visión para saber cuándo y cómo sacarle partido, puso a Lamine en situaciones de uno contra uno ante el lateral. Es una virtud significativa en el repertorio del defensa, cuya salida desde atrás apenas alcanza comparación en el panorama futbolístico. A Cucurella también le buscó en profundidad aprovechándose de las ubicaciones interiores de Nico o Pedri, y volvió a dar una exhibición de su criterio en la construcción.
Huijsen es un generador continuo desde atrás para el buen funcionamiento de la Selección, que no necesita de un mediocentro tan posicional en esos primeros pases. De ahí que Zubimendi se animara a avanzar a zonas más adelantadas frente a una Bulgaria que no fue rival ante la entidad del fútbol de España. La clasificación para el Mundial se da por hecha, pero mejor lograrla de esta manera. Con Huijsen y con Lamine.
El cambio de orientación
El central busca el giro del juego con un desplazamiento en largo para Lamine. Con esa entrega desordena a la defensa búlgara y ofrece una ventaja para el extremo.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp.
¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí