Ganar al Madrid no es ningún milagro

No, si ahora va a parecer que ganar al Real Madrid es un milagro. Entiendo lo que dice Imanol, es normal que esté preocupado, porque la Real no ha empezado bien y está dejando más dudas que certezas en este arranque de temporada. Le comprendo, porque la pretemporada ha sido como ha sido, ahora no es el momento de entrar en profundidad en todo lo que ha pasado, pero sí es verdad que a esta Real le falta tiempo junta, de entrenamiento, y más de una vez hemos dicho que la clave para el técnico oriotarra siempre ha estado en el día a día. El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, repite sin cesar que la Real debe ser el mejor entre semana, y eso precisamente es lo que le falta al equipo txuri-urdin, ser los mejores entre semana. Pero como entre semana no se puede ser el mejor si no entrenas en condiciones, es normal la preocupación del entrenador.

Ahora bien, dicho todo esto, no comparto el discurso un poco victimista de Imanol. No le falta razón, pero me ha parecido que se ha puesto la piel de cordero encima. Por si las moscas. Y creo firmemente que está Real tiene argumentos más que suficientes para pensar en ganar al Real Madrid, por mucho que enfrente estén superfiguras como Mbappé, Vinicius y compañía. Es verdad que en este comienzo de temporada el equipo realista está echando mucho de menos todo lo que aportan dentro del terreno de juego jugadores vitales estos últimos años cómo Le Normand y Mikel Merino, pero me parece que tenemos que pasar ya esa etapa de duelo para centrarnos en lo que tenemos. Y lo que la Real tiene no es tan diferente a lo que ya tenía, quizá lo que tenemos que hacer es dejar de fustigarnos por lo que fuimos y ahora no somos, y centrarnos más en lo que queremos ser.

Con los cinco fichajes que han llegado este verano, no tengo duda de que la Real es un equipo muy fuerte, preparado para afrontar cualquier reto; pero es cierto que el perfil de esos fichajes le va a obligar a introducir matices en su juego que pueden cambiar lo que hasta ahora decíamos del equipo de Imanol. Y mientras eso no lo entendamos (y tratemos de potenciarlo) va a ser difícil que avancemos, al margen de la adaptación y de la historia de los pocos entrenamientos.

Con todos estos ingredientes, la Real inicia ese nuevo libro que tan famoso va a convertir su presidente, con la incógnita de si se podrán escribir líneas tan brillantes como las del libro de estos últimos cinco años. El primer capítulo tiene que ser ganar al Real Madrid, porque no, no es un milagro. Esta Real Sociedad tiene que dar ya el primer alegrón de la temporada a su sufrida afición. Solo hace falta que sus jóvenes jugadores sigan el ejemplo de su gran capitán, Oyarzabal, que en este caso sí, de forma milagrosa, se ha apuntado al partido, a pesar de que su tobillo lesionado hace una semana en Serbia con la Selección, cuando salió incluso en camilla, muy bien no tiene que estar. Si todos aprenden del compromiso de Oyarzabal, me atrevo a vaticinar una gran noche en Anoeta.

Si el Real Madrid tiene en pura lógica más calidad, la Real debe poner un punto de energía extra para igualar las fuerzas. Solo así, aunque falten entrenamientos para conjuntar esta plantilla, se podrá pensar en soñar con ganar al equipo de Ancelotti. Y si después de todo esto, todavía piensas qué es un milagro, permítete soñar durante hora y media, porque de verdad que es posible. Y porque estos chavales se han ganado, al menos, el beneficio de la duda.

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