Opinión

España se baja del top

Por primera vez, el ciclismo español no metió a nadie entre los diez primeros de la clasificación general. El mejor situado, Abel Balderstone (13º).

PEPE ANDRES
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Cuando han pasado varios días desde la abrupta conclusión de la Vuelta a España, y con el Mundial en un horizonte cercano, podemos centrarnos ya en valoraciones deportivas sin necesidad de aludir a la movilización social que ocupó los últimos titulares eclipsando la competición. En concreto, quería poner la mirada en el ciclismo español, que por primera vez no metió a nadie entre los diez primeros de la clasificación general. El mejor situado fue Abel Balderstone, 13º, justo por delante de Jaume Guardeño. El dato podría ser circunstancial, como lo fue aquel décimo puesto de Fernando Escartín en la ronda de 1996, si no fuera porque la tendencia se ha repetido durante toda la temporada. Tampoco ha habido ningún top-10 en el Tour de Francia, ni en el Giro de Italia. Para colmo, en la Grande Boucle se cumplió la segunda edición consecutiva sin ganar ninguna etapa.

Estos resultados dejan la pregunta en el aire de si realmente hay una crisis del ciclismo español. Hay quienes prefieren ver el vasco medio lleno y recuerdan que dos de los principales vueltómanos, Enric Mas y Carlos Rodríguez, fueron baja en la Vuelta por lesión, mientras que Mikel Landa llegó tocado y Juan Ayuso con una preparación insuficiente. Todo eso es cierto. Pero ni siquiera esos condicionantes pueden tapar que el pelotón español tiene cada vez menos pegada. Desde luego, la situación actual es incomparable a la época en la que coincidieron Contador, Valverde, Purito, Freire, Samuel, Sastre, Pereiro… Pero tampoco existe un segundo escalón, en el que luego se instalaron ciclistas como Bilbao, Izagirre o Herrada, salvo algún ejemplo puntual como Soler, que sí ganó una etapa en la Vuelta, pero su rol de gregario le impide luchar las generales. Habrá nuevos éxitos españoles, y posiblemente pronto, pero el fondo de armario cada vez está más vacío.

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