Entre la ruleta y el bingo

Suena casi a un guiño irónico que la escuadra azulgrana debute en este nuevo e ignoto formato de la Champions League en Mónaco. Es un país tan pequeño que solo puedes ir del palacio de los Grimaldi al casino y allí jugarte los ahorros a la ruleta y perder, como ha hecho el Barça últimamente en esta competición. Después de habernos acostumbrado durante años a las certezas de la inicial fase de grupos (dos pasaban y dos quedaban eliminados), ahora entramos en un sistema de liguilla total, todos contra todos, donde habrá que hacer por tanto cábalas con los puntos de tu grupo y los de los demás. Una mezcla de ruleta y bingo, donde miras tu cartón y de reojo los de tus compañeros de mesa. Supongo que con el tiempo le pillaremos el punto.

Buscando un antecedente que sea propicio, después de casi una década de despropósitos continentales, se me viene a la cabeza nuestro primer título, la primera orejona. Fue en 1992, y por primera vez una liguilla sustituía en cuartos de final, y semifinal. al sorteo puro con el que había nacido la vieja Copa de Europa a mitad del siglo pasado. Nos fue bien el cambio de rutina. En ese mítico 1992, se asentó el Cruyffismo como nuestro guía espiritual para la eternidad. Hoy vuelve a cambiar la rutina en Mónaco. Esperemos que Hansi Flick sigua la misma senda, así en la Liga como en la Champions.

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