En las manos de Khvicha y Victor
En la tormenta perfecta que ha vivido el Nápoles durante los últimos meses y, sobre todo, en estas horas, los tifosi tienen algo a lo que agarrarse. En Castel Volturno ayer, por primera vez desde diciembre, se volvieron a ver Osimhen y Kvaratskhelia en el mismo campo. Salieron sonrientes, bromeando con los compañeros, y el nigeriano apareció también en las redes sociales concediendo fotos y autógrafos a los hinchas. Por muy mal que estén los azzurri, si estos dos chicos están en forma, cualquier rival debe estar preocupado: juntos suman, en el último año y medio, 59 goles y 30 asistencias.
Son el tesoro de De Laurentiis, que los valora más de 250 millones de euros, y la gran baza de Calzona para empezar con una hazaña histórica su aventura en el banquillo azzurro. La temporada hasta ahora ha sido un desastre, pero el Nápoles aún tiene un pequeño margen para hacerla inolvidable. Con tres victorias en la Champions, los sureños se clasificarían por segunda vez en su historia a los cuartos y, sobre todo, lograrían un sitio en el Mundial de Clubes, quitándoselo justo a su gran rival, la Juventus. Bajo el Vesubio, aunque este Barça no genere el miedo de los años pasados, pocos lo ven posible tras meses de decepciones con un equipo irreconocible. Todos, sin embargo, conocen la fuerza de Khvicha y Victor. Si tienen su noche, el Maradona se divertirá.