En las horas más felices del Girona
Sueño ‘gironí’. “Míchel, el nieto de la María: bienvenido al barrio”. Así recibió Vallecas al entrenador del Girona. Más emotiva incluso fue la ovación del final. Aun con el Rayo derrotado, el reconocimiento. Primero, por una vida dedicada a su equipo de siempre. Y luego, el aplauso a sus horas más felices como entrenador, que coinciden con las del club en toda su historia. Fundado en julio de 1930, el Girona se va al tercer parón de la temporada como líder de LaLiga por delante de los grandes tiburones del torneo. Nadie sabe hasta cuándo se alargará el sueño, pero la historia del fútbol está trufada de ejemplos así, no sólo el Leicester. A su estilo, y cada cual con su inyección económica (que el Girona también la tiene a través del City Group aunque no está ni entre los diez mejores presupuestos del campeonato), clubes como el Verona de Briegel y Eljkaer (1985), el Blackburn de Shearer (1995), el Kaiserslautern de Rehhagel (1998), el AZ de Van Gaal (2009), o el Montpellier de Giroud (2012) fueron campeones sin estar en ningún pronóstico.
Claves. El cuento de hadas del Girona empieza a ser bien conocido. Una idea de empresa liderada por Pere Guardiola que, pese a estar emparentada con el proyecto que ha convertido al City en el mejor equipo del mundo, tiene un punto familiar que garantiza el compromiso y el sentimiento de pertenencia. Un director deportivo, Quique Cárcel, que lleva una década en el cargo y que ha ido tejiendo una plantilla que, pese a las múltiples nacionalidades, habla el mismo idioma en el campo. Y un entrenador que desde el primer día quiso empaparse de la idiosincrasia de la ciudad, se abre a responder en catalán en cada rueda de prensa previa al partido, y al que no ha dado pereza en alguna ocasión para, acompañado del director de comunicación, David Torras, subirse a un avión rumbo a Mánchester y charlar de fútbol con Guardiola. Los dioses del fútbol también le sonríen. Gazzaniga, olvidado en el Fulham, ha caído de pie. Aleix García, que después de compartir sueño en la academia del City con Brahim parecía perdido para el fútbol en el Mouscron belga o el Dinamo de Bucarest, será el primer internacional de la historia del Girona. Savinho, que llegó de Brasil al PSV y no jugó ni en Holanda ni en el Troyes, es una de las sensaciones del campeonato. El fino Tsygankov y el frío Dovbyk escaparon de la guerra de Ucrania y son jugadores Champions. La inflada masa salarial del Barça dio con Eric de carambola en Montilivi... Stuani, corazón del club, dice que no quiere dejar de soñar. Veremos hasta dónde llega el Girona.
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