Elogio del fútbol olímpico

Debe el fútbol ser olímpico? La estampa vergonzante de un Argentina-Marruecos en los JJ OO reabrió el debate. Vaya por delante mi sí rotundo. La mancha fue horrenda, pero igual que los numerosos casos de dopaje no condenan a los deportes de los tramposos ni la humillante superioridad estadounidense malogra el torneo de baloncesto, el fútbol, con sus problemas, es olímpico en historia y espíritu.

Es complejo adaptar dos torneos futbolísticos a las menos de tres semanas que duran los JJ OO, quedan competiciones cortas, poco representativas, pero el eterno juego del balón con los pies no puede faltar. El fútbol olímpico femenino tiene gran prestigio, y en el masculino hay una presencia muy equitativa por continentes que abre el fútbol a otras realidades. La apuesta formativa de la regla Sub-23 es clave, debería seguirse a rajatabla, sin excepciones.

Presente desde los segundos Juegos modernos, en París 1900 (el basket, en 1936), aunque lo juegan selecciones desde 1908, el fútbol casi siempre ha sido olímpico. Se perdió Los Ángeles 1932, porque la FIFA arrancó el Mundial en 1930. El femenino lo es desde Atlanta 1996, algo tarde: hay Mundial desde 1991, Barcelona 92 perdió una buena oportunidad de ser pionera.

España le debe al fútbol olímpico la creación de su selección original, legendaria plata en Amberes 1920, con un Zamora de 19 años y el “A mí el pelotón, que los arrollo” de Belauste a Sabino. Una de muchas historias inolvidables: las dos primeras estrellas de la remera de Uruguay (por ganar la medalla de oro en 1924 y 1928, mundiales oficiosos), el tanto de córner del argentino Onzari a los uruguayos de oro, que bautizó el gol olímpico; el pichichi del italiano Annibale Frossi jugando con gafas en Berlín 1936, la primera aparición de Gre-No-Li para los suecos en Londres 1948, el único triunfo de Puskas y sus Mighty Magyars en 1952, el mito del amateurismo de los países del Este de Europa en la Guerra Fría (8 Juegos seguidos ganando), el esperanzador triunfo de España en el Camp Nou, Mia Hamm y Megan Rapinoe sustentando durante lustros la afición al fútbol en EE UU; México, al fin, pasando de cuartos de final… Son hitos de la historia del fútbol, que sucedieron en unos JJ OO. Que siga siendo así. Y más: con voley playa, basket 3x3, breakdance... ¿Para cuándo el fútbol sala? ¿Y el fútbol playa?

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