El triunfo menor de Sergio García

Sergio García escribió en redes sociales que el pasado domingo fue, en su opinión, “uno de los mejores días en la historia del deporte español”. Hasta aquí, tiene razón. Obviamente, si un país gana Wimbledon, en este caso con Carlos Alcaraz, y la Eurocopa de fútbol en una misma jornada, es difícilmente igualable a otras fechas históricas. Lo que sí chirría en su mensaje es que añada su victoria particular, y la de su equipo, en el torneo del LIV Golf disputado en Andalucía como otro de los momentos de gloria dominical. Ya puestos, podríamos haber sumado también los triunfos de Toni Bou y María Herrera en los Mundiales de trial y motociclismo, respectivamente. España es una potencia polideportiva y cada fin de semana hay cosas que celebrar. Pero, obviamente, un triunfo en el LIV no está ni remotamente a la altura de un Wimbledon y de una Eurocopa. No son equiparables. Es más, ni siquiera dentro del golf, una victoria en este circuito saudí tiene un prestigio comparable a los clásicos del PGA o, por supuesto, a sus majors, por muchos millones que reparta en premios o por muchas estrellas que contrate a golpe de talonario. Si Sergio ganara el próximo domingo el Open Británico sí habría que colocar su éxito a ese mismo nivel, pero eso no será posible porque, sencillamente, no ha sido capaz de clasificarse.

Llegado a este punto, hay que destacar a Sergio como uno de los grandes del deporte español, como un jugador que ha ganado un Masters de Augusta, que ha acariciado el British, que ha conquistado The Players, reconocido como el quinto grande, que nos ha hecho vibrar numerosas veces como líder de Europa en la Ryder Cup… Por todas esas cosas, Sergio merece una página de oro en la historia del golf español. Y también en el mundial. Pero no por haber vencido en un torneo del LIV. Eso aporta poco a su grandeza. Que la tiene.

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