El trabajo de seleccionador

El siempre entrañable Hall of Fame organizado por la FEB y AS, un evento que toca directamente al corazón del baloncesto español, nos ofreció también la oportunidad de convivir durante una jornada con el nuevo seleccionador, Chus Mateo. El contacto más estrecho nos sirvió para confirmar “la ilusión” con la que afronta el nuevo desafío y el voluminoso trabajo que ya ha comenzado a desarrollar. Mateo ha tenido que modificar sus hábitos, porque llevaba desde 1999, casi de forma ininterrumpida, en la dinámica diaria de entrenamientos y competición de clubes. Ahora pisará la cancha menos veces, aunque en partidos proporcionalmente de mayor trascendencia, pero eso no quita para que trabaje día a día en el seguimiento de los potenciales internacionales, cada vez más disgregados. Por poner un ejemplo, Chus ya maneja un mapa con la ubicación de más de una treintena de jugadores que militan en Estados Unidos, entre la NCAA y la NBA, a los que visitará progresivamente.

Su planificación gira en torno a dos Selecciones, que no son excluyentes entre sí: la que tiene que buscar el pase mundial en las Ventanas FIBA, sin integrantes de la Euroliga y de Norteamérica, y la que luchará luego en los Campeonatos. Su primera convocatoria, que ya tiene perfilada, se hará pública sobre el 24 de noviembre. La lista seguirá la línea de renovación, en la que podrían aparecer nombres como el de Álvaro Cárdenas, en plena forma, y el de Great Osobor, una emergente sorpresa que triunfa en Alemania, sin olvidar a veteranos para tirar del carro como Alberto Díaz, Jaime Fernández, Santi Yusta… Junto a varias incógnitas, como el retorno de Ricky Rubio o la cesión de los ‘euroligas’ Izan Almansa e Isaac Nogués, que iremos conociendo con el tiempo. Hay mucho trabajo ya hecho. Y mucho más por hacer. Con “la ilusión” garantizada.

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